En un auto, en el que atribuye la competencia para investigar los hechos a la Audiencia Nacional, el Supremo considera que algunas de las manifestaciones hechas por Jiménez Villarejo el pasado 13 de abril pueden constituir indiciariamente un delito de calumnia o injuria contra el propio Tribunal.
En ese acto Villarejo acusó a los magistrados del Supremo de constituirse en un instrumento de la "actual expresión del fascismo español" por admitir las querellas de Falange Española de las JONS y de Manos Limpias contra el juez por declararse competente para investigar los crímenes del franquismo.
Además criticó que el magistrado Luciano Varela, que instruye la causa contra Garzón, hablara en uno de sus autos de la "encomiable sensibilidad" de los jueces durante la dictadura, cuando "fueron cómplices hasta el último día de las torturas" en el desaparecido Tribunal de Orden Público.