Esta medida, temporal y extraordinaria, sería posible en caso de que se produzca un "fallo" en el control de fronteras por parte de algún Estado que sea confín exterior de la UE, o en caso de que una parte de la frontera exterior de la Unión se vea sometida a una presión migratoria extraordinaria e imprevista.
Se responde así a las pretensiones planteadas por París y Roma, que habían reclamado poder restringir el libre movimiento de personas en caso de crisis migratorias, tras la crisis abierta por la gestión de la llegada de inmigrantes de los países del norte de África. Desde enero, más de 20.000 tunecinos han llegado a la isla italiana de Lampedusa; Francia decidió cortar el tráfico de trenes desde Italia para evitar la entrada de estos inmigrantes norafricanos, a los que Roma había dado un permiso temporal. Esta decisión francesa fue avalada posteriormente por Bruselas.
Las propuestas deberán debatirse por los ministros de Interior de los Veintisiete el día 12. El objetivo último será llegar a un acuerdo político sobre esas medidas en la cumbre que los jefes de Estado o Gobierno de la Unión celebrarán el próximo 24 de junio.