La sección primera de la Sala de lo Penal considera probado en su sentencia, que integraba el comando 'K.Olaia', al que se adjudica la colocación de esta bomba en el aseo de caballeros de la Bolsa de Bilbao.
La sentencia destaca que el propio acusado admitió de forma "expresa y explícita" en el juicio ser miembro de ETA y sus huellas aparecieron en una fiambrera y en unas placas de matrícula sin troquelar, halladas en "dos escenarios" -la lonja y el piso- usados por miembros de ese comando "para ocultarse y para ocultar los efectos o los instrumentos con los que cometen los delitos".