PAMPLONA, 18 (EUROPA PRESS)
Galve ha recordado en su intervención en el acto de la apertura del año judicial 2015-2016 en Navarra unas palabras recientes del presidente del Tribunal Supremo y del CGPJ, quien dijo que "al margen de la ley no hay libertad, no hay democracia, sólo espejismos y en definitiva frustración".
El presidente del TSJN ha añadido que "el obligado cumplimiento de lo acordado por los jueces y tribunales en el ejercicio de la potestad jurisdiccional, así como prestar la colaboración requerida por éstos en el curso del proceso y en la ejecución" de las sentencias "es una de las más importantes garantías para el funcionamiento y desarrollo del Estado de Derecho".
Ha continuado que esta obligatoriedad de juzgar y hacer ejecutar lo decidido por los jueces y tribunales está recogida "expresamente" en la Constitución, una norma ante la cual ha reiterado su compromiso y voluntad de salvaguardarla.
Al acto de apertura judicial, en el que también ha intervenido el fiscal superior de la Comunidad foral, José Antonio Sánchez, han acudido diversas autoridades, entre otras, la presidenta del Gobierno de Navarra, Uxue Barkos; el vocal del Consejo General del Poder Judicial Juan Manuel Fernández; la presidenta del Parlamento, Ainhoa Aznárez; la delegada del Gobierno, Carmen Alba; la consejera de Presidencia, Función Pública, Interior y Justicia, María José Beaumont; y el alcalde de Pamplona, Joseba Asiron.
RESPETAR LA LEY
En su intervención, el presidente del TSJN ha citado unas palabras pronunciadas por Carlos Lesmes en el acto de apertura del año judicial celebrado en el alto Tribunal cuando señaló que los jueces están obligados "a garantizar que la ley sea respetada, premisa que constituye una condición existencial de la propia democracia y presupuesto necesario de unos valores de convivencia que no cabe desconocer en el marco de nuestro Estado y de los principios que lo informan pues, ningún poder público puede anteponer para la resolución de los conflictos el designio particular, por muy justo que pueda parecer, sobre aquellas soluciones que sean expresión de la voluntad de la mayoría plasmada en la Ley".
Según ha continuado, al margen de la Ley, decía Lesmes, "la ruptura unilateral de unos valores de convivencia, fraguados por todos, desde el consenso, supone traspasar los límites de la honestidad democrática, consustancial al Estado de Derecho".