Francisco Caamaño y la delegación que le acompaña han mantenido también reuniones bilaterales con el ministro de Justicia de Eslovenia, Ales Zalar, y con el vicepresidente de la Comisión Europea y comisario de Justicia, Libertad y Seguridad, Jacques Barrot, con los que se abordaron asuntos de interés común, y a los que el ministro español adelantó algunos de los principales objetivos de España para el próximo año, cuando nuestro país asuma la presidencia de la UE.
Este Consejo informal, que inaugura el semestre de la presidencia de Suecia en la UE, está dedicado monográficamente a la Comunicación de la Comisión que servirá de base a los debates que deben culminar con la aprobación del Programa de Estocolmo, antes de finales de año. Como es habitual, este tipo de consejos ni aprueban actos legislativos ni adoptan conclusiones. No obstante, los ministros han abordado todos los asuntos significativos relacionados con Justicia e Interior en el espacio europeo.
El ministro de Justicia indicó en la reunión plenaria del Consejo que sin confianza recíproca no hay entendimiento mutuo, que es el fundamento de la cooperación judicial en material civil y penal. En el ámbito de la cooperación judicial civil, Francisco Caamaño animó a la Comisión a que presente en el menor plazo sus propuestas sobre sucesiones y de régimen económico matrimonial.
Tras reiterar el avance que representa el acceso de ciudadanos y empresas a la Justicia mediante la implantación de las nuevas tecnologías, el ministro expresó la disposición de España a colaborar con los demás Estados miembros en proyectos concretos como asuntos de reclamaciones de escasa cuantía o intercambio de registros públicos.
Francisco Caamaño explicó en otro momento que la identificación de nuevas prioridades geográficas nunca debe afectar a las relaciones con los actuales socios estratégicos de la Unión (EEUU, Rusia..), aunque España comparte la necesidad de tener en cuenta a otros países como los latinoamericanos".
Finalmente, el ministro de Justicia subrayó la firme apuesta de España por los derechos humanos y la implantación del Estado de Derecho, así como por potenciar la acción exterior de la Unión en asuntos de Justicia. Francisco Caamaño concluyó diciendo que España quiere contribuir de manera decidida a la construcción de un verdadero espacio de Justicia.