En su discurso de investidura José Luis Rodríguez Zapatero detalló que esos cambios deberían afectar a la reforma del Senado, a la no discriminación de la mujer en el acceso a la Corona, a la consagración oficial de las comunidades autónomas y de las dos ciudades autónomas como forma de organizar territorialmente el Estado y a la introducción de referencias a la futura Constitución Europea.
El secretario general del Partido Socialista pidió el concurso para alcanzar un acuerdo sobre la base de la propuesta que hará el Gobierno, previo informe del Consejo de Estado y con la colaboración del Centro de estudios Políticos y Constitucionales.
En su opinión, el Senado debe reformarse para convertirse en el foro donde pueda reforzarse la cohesión y la vertebración de España, así como defender el autogobierno y la participación de las Comunidades Autónomas en una tarea común.
En cuanto al derecho de sucesión a la Corona, apostó por modificar las previsiones constitucionales y adaptarlas al principio de no discriminación de la mujer.
Por otro lado, anunció una nueva política del agua y la reforma del Plan Hidrológico Nacional y las Confederaciones Hidrográficas. Aseguró que la nueva política del agua tomará en consideración tanto su valor económico como el valor social y el ambiental con el objetivo de “garantizar su disponibilidad y su calidad, optimizando su uso y restaurando los sistemas asociados”.
El próximo Presidente del Gobierno confirmó que promoverá la reforma de la Ley Orgánica 10/2002, de 23 de diciembre, de Calidad de la Educación y de la Ley Orgánica 6/2001, de 21 de diciembre, de Universidades.
También ha ratificado su compromiso de que el primer Consejo de Ministros examinará un anteproyecto de Ley Integral contra la violencia doméstica, y, en cuanto a los matrimonios homosexuales, modificará el Código Civil para reconocer el derecho al matrimonio.