Desde el Decreto 76/1987, de 20 de febrero, la Dirección General de Tributos, como centro directivo, no ha sido objeto de una reestructuración de carácter significativo.
El Decreto 9/2003 renueva las estructuras organizativas de la Dirección General de Tributos debido al aumento producido en la gestión de los tributos, tanto en los propios como en los cedidos, así como por la necesidad de contar con una organización adaptada a las nuevas tecnologías de la información.
Asimismo, el Decreto autonómico establece mecanismos de coordinación de los diferentes agentes administrativos que intervienen en el procedimiento tributario.