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  • EDICIÓN DE 20/10/2011
 
 

Juicio suspendido por tercera vez

Los acusados del incendio en la residencia de Massamagrell (Valencia)negocian un acuerdo para evitar la cárcel

20/10/2011
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Los abogados de los cinco acusados del incendio registrado en marzo de 2006 en la residencia de la tercera edad 'San Lorenzo de Brindis', situada en la calle Libertad del municipio valenciano de Massamagrell, en la que fallecieron cinco residentes, discapacitados psíquicos, están negociando con el fiscal llegar a una conformidad para evitar la prisión.

VALENCIA, 18 (EUROPA PRESS)

El juicio por este asunto estaba previsto que comenzara este miércoles, a las 9.30 horas, en el juzgado de lo Penal número 12 de Valencia. Sin embargo, se ha tenido que suspender hasta mañana puesto que las partes --acusaciones y defensas-- están tratando de llegar a un acuerdo.

De esta forma, es la tercera vez que se suspende la vista. La primera tuvo lugar a finales del mes de enero de 2009, por la muerte de una de las denunciantes; y, la segunda, en febrero del mismo año, ante la petición de incorporar al procedimiento una tercera compañía de seguros que cubriera la responsabilidad civil de una de las ATS imputada.

En este caso, el motivo de la suspensión ha sido la negociación para llegar a un acuerdo, lo que conllevaría que los acusados reconocieran los hechos y aceptaran unas penas menores de las que inicialmente pedía el ministerio fiscal, que eran de siete años y medio de prisión por un delito de homicidio imprudente --pero solo para cuatro de ellos, porque la enfermera solo está acusada por la acusación particular--. También reclamaba en su escrito de calificación provisional una indemnización de 120.000 euros para los herederos de tres de los cinco fallecidos, puesto que los familiares de los otros dos no reclamaron.

Sin embargo, estas cuantías y la petición de penas podría variar si se llega este jueves a un acuerdo, tal y como está previsto. De hecho, según ha explicado uno de los abogados de los acusados, la conformidad implicaría que algunos no tengan condena; que a otros se les quede en una falta en lugar de un delito; y que alguno tenga una responsabilidad un poco mayor, pero limitada.

Esta rebaja podría deberse, según ha comentado, a que los hechos fueron "meramente accidentales", ya que se desencadenaron por una anomalía eléctrica en los colchones antiescaras colocados en ese momento en las camas. Este letrado también ha aseverado que la puerta de la enfermería, en la que estaban encerradas las cinco víctimas, estaba cerrada con llave porque era algo "perfectamente autorizado y protocolizado por el médico-forense y por la Conselleria".

CERRAR CON LLAVE

En total son cinco acusados --cuatro de ellos por el fiscal y uno por la acusación particular--: el director, el gerente, el médico, una enfermera y el hijo del propietario de la residencia. Todos ellos son mayores de edad y no tienen antecedentes penales. Según consta en el relato del ministerio fiscal, los acusados habían acordado que cuando los enfermos se encontraran en la enfermería de la residencia y no estuviera con ellos ninguna persona, se debía cerrar con llave la puerta, que unía la enfermería con el pasillo.

El 28 de junio de 2006, se encontraban en la enfermería un hombre de 50 años afectado por una parálisis cerebral, que le obligaba a estar encamado sin movilidad; una mujer de 55 años aquejada de 'Corea de Huntington' con deterioro intelectual, enfermedad que le privada de movilidad; otro hombre de 65 años que padecía una oliofrenia epilépsica que le restaba movilidad; un hombre de 82 años, encamado de larga duración --padre del dueño de la residencia--; y un hombre de 30, quien padecía un trastorno de personalidad y retraso mental leve.

Como este último hombre había tenido esa tarde una actitud violenta, había sido sedado por parte de uno de los acusados y el enfermo había sido atado a la cama con correas ajustadas a las muñecas de sus brazos y tobillos de sus piernas. Sobre las 19.20 horas, debido a su actitud violenta, aún estando sujeto, consiguió desplazar la cama y coger el cable eléctrico que alimentaba el compresor de aire a presión que se encontraba funcionando conectado al colchón antiescaras en la cama, y ante alguna anomalía eléctrica se desencadenó un sobrecalentamiento por resistencia. Esto provocó el incendio.

Como consecuencia del fuego, fallecieron las cinco personas que se encontraban en ese momento en la enfermería por una insuficiencia respiratoria aguda, lo que les produjo una asfixia. En el momento de producirse el incendio los enfermos se encontraban en la enfermería sin vigilancia alguna y con la puerta cerrada con llave.

En el momento de los hechos, el centro, que empezó a funcionar en 1992, albergaba a 120 residentes, 70 de los cuales tuvieron que se trasladados en esa jornada a otros lugares, para volver al día siguiente, mientras que los 50 usuarios restantes pasaron la noche en las dependencias no afectadas. De la cifra total, unos 70 usuarios eran discapacitados psíquicos.

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