VALLADOLID, 2 (EUROPA PRESS)
En su fallo, y frente a los trece años de cárcel que el Ministerio Fiscal pedía para cada uno de los encausados, la Sección Segunda de lo Penal considera a 'El Rifle' autor de un delito de depósito de armas de guerra, de fuego y munición, así como de tenencia ilícita de armas y resuelve imponerle una pena de cinco años y un día de prisión, mientras que a su compañero de banquillo, Javier L.H, le ha condenado a dos años y medio en calidad de cómplice, según informaron a Europa Press fuentes jurídicas.
Los procesados, durante el juicio, negaron que el armamento fuera suyo, a excepción de dos subfusiles inutilizados que Félix T.S. dice que adquirió en Internet pero que estaban inutilizados, y rechazaron las acusaciones de que se dedicaban a abastecer de armas a delincuentes comunes de la zona.
Ambos fueron detenidos como consecuencia de las investigaciones iniciadas a raíz, el 8 de octubre de 2009, de un tiroteo registrado contra un restaurante situado en la carretera de Peñaranda de Bracamonte (Salamanca), donde los dos encausados, junto con un ciudadano rumano llamado Costel P. que ese día les acompañaba, fueron tiroteados desde el exterior.
MIEDO A SER "ASESINADO"
El aludido Costel P, quien no llegó a comparecer en el juicio, declaró en su día tras el tiroteo que trabajaba como "guardaespaldas" de Félix y que temía que éste pudiera matarle por no haberle defendido entonces.
Costel P. aseguró que Félix, tras volver de República Dominicana, dijo que había tenido un problema y pidió que cogieran del domicilio las armas que poseía, ya que "tenía muchos enemigos, y las enterraran en los pinares, algo que hicieron los tres. Fue el propio Costel quien condujo a la policía hasta el lugar donde se encontraba uno de los zulos.
El individuo, que tenía pendientes reclamaciones de dos juzgados pero que no fue detenido por estos hechos, se negó a facilitar más información sobre el resto de los escondites hasta que detuvieran a Félix, según el testimonio de los agentes.
Los tres zulos localizados en pinares próximos a Medina del Campo (Valladolid) ocultaban una veintena de armas y abundante munición con las que la policía considera que se abastecía a diferentes delincuentes comunes de la zona. Además, en la operación se intervinieron placas falsas de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, entre otros efectos, algunos de los cuales estaban en bidones.