Para eliminar la discriminación, la nueva normativa que prepara Economía establece que las aportaciones que una empresa realice a un fondo de pensiones de un empleado extranjero residente en España gozarán de la misma deducción fiscal que tienen las que se hacen a un fondo español, si se cumplen determinadas condiciones por concretar.
Las aportaciones a planes de pensiones realizadas por la empresa o por el partícipe reducen la base imponible del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas. La aportación máxima anual a un plan de pensiones es de 8.000 euros.
La Comisión remitió en diciembre pasado una carta de emplazamiento al Gobierno español en la que instaba a modificar el sistema fiscal de los planes de pensiones para evitar esta discriminación.
España siempre ha tenido interés en homogeneizar la fiscalidad de todos los planes de pensiones, apuntan fuentes del sector, pero no ha sido posible hasta que no se ha realizado la homogenización financiera de los fondos de pensiones de empleo. Esta unificación llegó con la aprobación en 2003 de la directiva de planes de pensiones paneuropeos, que tiene que estar traspuesta a la legislación de cada país antes del 23 de septiembre de 2005.