La Razón 22 Mar 2025
Santiago Muñoz Machado es un hombre que confía en la educación y que sostiene que “estaría muy bien que la educación también se preocupara de la parte cívica y que enseñara los valores de la Constitución y para qué sirve” y que no estaría mal que “en este proceso entraran los propios políticos y el conocimiento de las instituciones fuera una exigencia para quien desee entrar en política”. Lamenta que no siempre “exista esta cultura constitucional, que no está ya entre los jóvenes” y que no exista “esa capacidad en la clase política para mantener esta preocupación docente y ejemplar”, porque ellos también son “sujetos ejemplares, porque deben tener en cuenta que los ciudadanos los miran”.
El director de la Real Academia Española es un hombre multidisciplinar. Su curiosidad viaja en diferentes vectores. Su interés le ha hecho abordar, en una amplia monografía, la figura de Cervantes, la de Sepúlveda, cronista de Carlos V, la historia política del español en América en “Hablamos la misma lengua”, las ideologías que ampararon las colonizaciones de España e Inglaterra hasta obras tan distantes como el “Tratado de Derecho Administrativo y Derecho Público General”, “Vieja y nueva Constitución” o “Informe sobre España: repensar el Estado o destruirlo”. Unas obras que dan testimonio de una enorme versatilidad intelectual y a las que ahora suma “De la democracia en Hispanoamérica” (Taurus), un volumen reflexivo que ahonda en los fracasos democráticos en el Nuevo Continente y que reflexiona sobre los populismos, el papel del indigenismo, las revoluciones, la injerencia de Estados Unidos y cuál es el estado de democracia en estos países. Además de explicar el nuevo “constitucionalismo” y los retos que aguardan a estas naciones.
¿Por qué han fracasado tantas democracias en América latina?
Lo primero, las democracias intermitentemente fracasan en todas partes. La democracia es una forma de gobierno muy difícil de mantener en el tiempo y, por eso, deben estar orgullosas las sociedades que lo consiguen. En Europa ha fracasado muchas veces en los últimos 200 años. Antes de esa imputación de inhabilidad, o falta de persistencia de democracia en Hispanoamérica, hay que valorar en unos términos compartidos este hecho, porque en Europa y otras partes han tenido siempre esa clase de experiencias. Dicho esto, hay bastantes razones. En América tardaron en constituirse los Estados, definir su soberanía, el territorio que abarcaba cada Estad y el tiempo que se tardó en establecerse esa población. Esto duró todo el siglo XIX.
Pero señala más.
Sí, también existe una tendencia muy hispanoamericana a que los gobernantes se estabilicen en el poder y a impedir la alternancia tratando de ampliar su gobierno con mandatos sucesivos. Esto ha derivado en un gran dominio de caudillismos sin base democrática. En el siglo XX, ha habido muchas revoluciones en América, como la mexicana, la cubana y
otras con menos éxitos que han llenado el siglo XX, aparte de dictaduras militares. Se han acumulado muchos periodos en que los autócratas han sustituido al pueblo en el gobierno de las naciones.
¿Por qué caen tantas democracias?
La democracia es una forma de gobierno muy delicada que puede fracasar. En España llevamos 200 años de constituciones y una plena solo desde 1978. Ha habido otros ensayos breves, muy interrumpidos, por la violencia y las colisiones. Ahora, con la UE tenemos una democracia plena, pero después de unas guerras en las que se han cometido los mayores desmanes, con un desprecio hacia la dignidad humana como nunca se había visto. Una democracia exige estar vigilantes y respetar los principios para que nadie la quebrante. Estamos en un momento peligroso, aunque siempre lo estamos y mucho más si no se respetan las instituciones de la democracia, la separación de poderes, la posición de los jueces y los parlamentos. Son malos síntomas que debilitan.
Asegura que los textos constitucionales en Hispanoamérica, en ocasiones, son “textos plagados de ingenuidades”.
Porque algunos textos constitucionales son textos experimentales y hacen proposiciones que no se pueden poner en la práctica. Hay docenas de derechos conocidos que requieren mucho dinero de antemano, como el derecho a la vivienda, el de los servicios sanitarios. Se pueden declarar y está bien que consten, pero otra cosa es la vigencia práctica. Hay derechos hermosos, como el de la madre naturaleza, como reconocimiento de lo ancestral, de las tribus originarias, pero su aplicación práctica es muy complicada. Tan complicada que, resulta, que algunos de los países que tenían la democracia tradicional no la han podido aplicar por su propia complejidad y se han inventado otras democracias, paradójicamente, más complejas.
Y advierte de que este “constitucionalismo experimental” daña derechos y valores.
Hay un tipo de democracia consistente en la separación de poderes, el ejecutivo, el judicial y el legislativo, y garantiza la protección de esto. Lleva doscientos años funcionando. Ahora se quieren variar estos principios por otros nuevos. Es un experimento que no sabemos si va a funcionar bien. Estos textos son delicados porque establecen las bases de la convivencia y esto no conviene que esté sometido a experimentación.
De hecho, hay constituciones, como señala, que se hacen a medida de algunos.
Casi todos dictadores, no solo en Hispanoamérica, también en Europa, se han hecho constituciones a horma. Es una constitución que ampara la peculiaridad de su modelo. No es esto muy extravagante. En la actualidad, los principios que recogen las constituciones más modernas son muy plausibles. Se lee la constitución y es maravillosa, pero luego los gobiernos que la aplican no aceptan la alternancia, no creen en la libertad de expresión, meten en la cárcel a los opositores, no permiten el juego de las libertades. Bajo una aparente proclamación de valores indiscutibles lo que se hace es aplicar unas formas de gobierno autócratas. Esto es lamentable.
Muchos llegaron a través de elecciones.
La democracia es tan generosa con los ciudadanos que permite que cualquier idea política se someta a votación y puede llevar al poder a quien decide. Hay gente que está dentro y que luego no permite la alternancia. Es muy visible. Dentro de las nuevas democracias americanas, algunas han aceptado pacíficamente la alternancia, pero ahora vemos que Daniel Ortega no pierde nunca las elecciones, como Maduro. Es una consecuencia de los que, valiéndose de las elecciones libres, usurpan la democracia y se quedan ellos dentro para siempre junto a su entorno de amigos. Milei y Bolsonaro llegaron por vía electoral y aplican políticas que vulneran la constitución, pero su tiempo es limitado. El problema es que, si no los reeligen después, no se vayan y se queden. Esta es la cuestión. Con Milei y Bolsonaro no ha ocurrido. Uno se ha ido. Milei está empezando en Argentina, hay que esperar.
¿Cómo ve la salud de la democracia liberal en el mundo?
Siempre hay quienes ponen palos en la rueda al tipo de democracia de la que ahora disfrutamos. Hay modelos que presentan síntomas de agotamiento. La partitocracia es muy mala cosa para las democracias actuales. Se intenta determinar, por ejemplo, quiénes son los jueces. La partitocracia es un veneno para la democracia y para las instituciones. Cuando hay minorías y que en algunos gobiernos ocupen las instituciones fieles a la mayoría coyuntural es malo para la democracia; que las constituciones, como la española, no se reformen nunca, cuando se podían corregir defectos, que es una manera de protegerla y defender su salud, es un perjuicio para la democracia. Hay amenazas que hay que prevenir y hay que sanear el sistema. Ahora Europa se ha dejado caer en esto que cuento, en el abuso de los partidos políticos, y trae grandes perjuicios. Luego hay constituciones que tienen muchos países y están viejitas, entre esas, la nuestra.
Y el indigenismo. ¿Se está utilizando de manera populista, como, por ejemplo, con las críticas a España?
Hay una versión que se traduce en la desprotección de los pueblos originarios frente al colonizador, frente a España. Esta circunstancia se maneja por gente que no lo ha estudiado y que ha generado una leyenda negra injustificada sobre el trato de los españoles a los pueblos amerindios. Hay muchas cosas de la legislación en materia indigenista antes de las independencias. Luego hay otra versión de los indigenismos que surge cuando se constituyen las repúblicas americanas que aplican el constitucionalismo europeo y la igualdad, pero esto sirvió para un mayor sometimiento de estas comunidades. El tercer periodo es cuando se formulan reclamaciones por parte de comunidades indígenas de preservación y piden un retorno a la singularidad. Esto desemboca en el movimiento indigenista moderno que eclosiona a partir del siglo XX, que tiene amparo en las Naciones Unidas y que es cuando se reconocen estos derechos. Este nuevo constitucionalismo lo ha recogido y está muy bien, pero es difícil llevar a la práctica porque convierte el gobierno en un ejercicio más complicado que cuando eran unidades centralizadas. Ahora hay autogobiernos y es más complejo. Está demostrado que los sistemas multiculturales son más complejos de gobernar que aquellos que no los son.
“Europa es superior a los poderosos de Estados Unidos”
Santiago Muñoz Machado no es ajeno al delicado momento internacional y qué peligros encierra para las democracias actuales. <<Estoy muy preocupado. Esta irrupción de Donald Trump en EE UU, que no comulga con los de valores tradicionales y que cree ciegamente en el dinero y en el valor del poder, es algo preocupante; que haya roto tan bruscamente con el sistema de alianzas que se ha mantenido hasta hora, igual, como también es para preocuparse ese vínculo que mantiene con Putin>>, comenta sin rodeos. Sin embargo, es una persona que sabe mirar también las situaciones desde otro ángulo: <<Creo que tal vez haya que mirar un lado positivo. Europa va a despertar en este cambio. Es una potencia muy superior culturalmente a esta parafernalia de nuevos poderosos que han invadido los Estados Unidos y puede tener un potencial industrial y comercial superior. Europa, desde la Segunda Guerra Mundial, ha estado bajo la sombrilla de EE UU, pero necesita buscar posiciones ahora y puede renacer. Estamos en un instante fundacional del nuevo orden mundial. Tiene peligrosos, pero también hay una parte buena para la perspectiva europea>>.
La UE ha caído en el abuso de los partidos. La partitocracia es un veneno para la democracia”
“Bajo la proclamación de valores hay formas de gobierno autócratas. Esto es lamentable”