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Audiencia Provincial de Zaragoza

Prisión permanente revisable para un condenado por asesinar a su padre y herir a su madre en Zaragoza

23/02/2023
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El magistrado presidente de la Sección III de la Audiencia Provincial de Zaragoza (APZ), Alfonso Tello, ha condenado a prisión permanente revisable a Héctor López Ferrer, autor del asesinato de su padre, José, a quien asestó 56 puñaladas, en el domicilio familiar, en el barrio de La Almozara, en la capital aragonesa, hechos ocurridos en junio de 2022.

ZARAGOZA, 21 (EUROPA PRESS)

El condenado se encuentra ingresado en la prisión de Zuera y el juicio se ha celebrado con un tribunal del jurado, que consideró que era culpable de los delitos de asesinato, delito de asesinato con agravante de parentesco.

Héctor López deberá cumplir pena de cárcel por un delito de asesinato con la agravante de parentesco a la pena señalada, con la accesoria de inhabilitación absoluta durante el tiempo de la condena, y además no podrá aproximarse a su madre, María, a quien lesionó gravemente, ni a su hermana, Sonia, a una distancia inferior a 500 metros, ni comunicarse con ella por cualquier medio durante 26 años. Se trata del primer condenado a prisión permanente revisable por la Audiencia de Zaragoza.

Además, el magistrado ha condenado a López Ferrer a 12 años de prisión por un delito de asesinato intentado con la agravante de parentesco, con las mismas penas accesorias, por infringir a su madre varias puñaladas.

El reo deberá indemnizar a su madre con 175.000 euros y a su hermana con 100.000 euros por la muerte de su padre, y a su madre con 45.000 más por los hechos por los que fue víctima directa.

HECHOS PROBADOS

En los hechos probados, el magistrado señala que el condenado convivía con sus padres, que le mantenían, aunque no tenían buenas relaciones porque Héctor "consideraba que no le apoyaban lo suficiente para solucionar sus problemas derivados, entre otros, del consumo habitual de importantes cantidades de alcohol".

La sentencia recoge que el reo sufría un trastorno de la personalidad paranoide crónica, aunque nunca había recibido atención médica ni seguido tratamiento.

Los padres de Héctor se desplazaron a principios de junio de 2022 a un apartamento que tenían en Alcocéber, quedando su hijo en el domicilio familiar con alimentos y dinero para el tiempo que iban a estar fuera.

"Como una manera de conseguir que sus padres volvieran a Zaragoza, para una vez aquí poder atentar contra su vida, el día 28 de junio de 2022, les telefoneó para preguntarle por el teléfono del médico. Posteriormente, siendo medio día volvió a llamar, contándoles que se encontraba muy mal, que llevaba tres días sin beber alcohol, que había ido al médico y no le habían hecho caso a pesar de que estaba muy grave". Ante lo que les contaba, los padres decidieron regresar a Zaragoza.

Los progenitores llegaron a la capital aragonesa a las 22.00 horas y Héctor "recibió a sus padres con reproches diciéndoles que se habían ido de vacaciones dejándole a él en mal estado".

"A continuación, María se puso a cenar y cuando terminó se retiró a su dormitorio a descansar, mientras que los dos varones se pusieron a ver en la televisión del salón un partido de fútbol, quedando cerrada la puerta del salón", dice la sentencia, añadiendo que el condenado "tenía a su disposición en el salón una grabadora que había comprado unas fechas atrás y una navaja con una hoja de unos 7,5 centímetros".

DISCUSIÓN

Mientras veían el partido, padre e hijo iniciaron una conversación que principalmente consistía en reproches que Héctor dirigía a José porque entendía que no le daban suficiente apoyo para superar sus problemas con el alcohol, aunque "el tono empleado por ambos fue normal".

"En un momento de la conversación, José le dijo a Héctor que le compraban alcohol porque él mismo les obligaba a hacerlo, cuando sin que conste motivo alguno, ni tampoco que se elevara el tono de la discusión o entre ellos se empezara una pelea, Héctor, con la intención de acabar con la vida de su padre, mientras estaban en el sofá, de forma inesperada, empuñando la navaja que tenía preparada empezó a asestarle puñaladas dirigidas a diferentes partes del cuerpo especialmente en cuello, cabeza y tórax en la zona izquierda llegando a colocarse sobre él para impedir que se moviera mientras seguía apuñalándolo".

"La única defensa que pudo llevar a cabo --el padre-- para evitar seguir siendo apuñalado fue oponer el brazo izquierdo" y mientras esto ocurría, su madre escuchó un ruido, se levantó y se dirigió al salón, gritando al ver lo que estaba pasando".

Al percatarse Héctor de que su madre se encontraba ahí, dejó a su padre y se dirigió a ella "con la finalidad de acabar con su vida empuñando la navaja" y "aprovechando la sorpresa producida con la finalidad de asegurar el éxito de la agresión y con intención de causarle la muerte empezó a asestarle puñaladas con la navaja dirigidas a la zona de cabeza, hombro y brazo izquierdo hasta que en un momento dado Héctor resbaló debido a un charco de sangre que había en el suelo, algo que María aprovechó para dirigirse hacia la puerta del piso, alcanzándole su hijo, quien le apuñaló de nuevo en la zona escapular derecha".

María salió de la vivienda hacia el piso superior para pedir auxilio y Héctor cerró la puerta, dirigiéndose al dormitorio de los padres, donde continuó asestando puñaladas a José hasta que dejó de hacerlo, quedando el padre en el suelo".

La Policía acudió a la vivienda alertada por los vecinos y accedió al piso, encontrando a Héctor en su dormitorio, "empezando a contarles, de manera espontánea, lo que había pasado". En la inspección del piso, los agentes encontraron a José en el dormitorio principal tumbado en el suelo, "todavía con signos de vida, y los sanitarios no pudieron evitar su fallecimiento".

La sentencia expresa que, "con la finalidad de incrementar de manera innecesaria su sufrimiento", Héctor asestó a su padre un total de 56 puñaladas, la mayoría de ellas en zonas vitales, y el fallecimiento se debió a la sección de la vena yugular, que le ocasionó una hemorragia aguda con 'shock' hipovolémico.

Héctor era conocedor de que su padre había sufrido años atrás una operación de menisco, padecía problemas de columna y en febrero había sido operado del hombro derecho, "lo que le suponía una situación de desvalimiento". El condenado "se aprovechó de esta circunstancia para llevar a cabo su acción".

María tardó 114 días en curar de sus lesiones y le quedaron como secuelas dos cicatrices de dos centímetros y otra de tres centímetros en la mejilla izquierda, así como una cicatriz de un centímetro detrás de la oreja izquierda, otra de dos centímetros y medio en el hombro izquierdo, una más de un centímetro en el brazo izquierdo, una de un centímetro y medio en el brazo izquierdo y otra de 2,5 centímetros en la zona escapular derecha, así como un trastorno de estrés postraumático.

La hermana de Héctor, Sonia, no presenció los hechos ni resultó lesionada, pero a consecuencia de lo sucedido sufre un trastorno distímico adaptativo con sintomatología ansioso-depresiva y alteraciones del sueño y del apetito.

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