BILBAO, 14 Mar. (EUROPA PRESS) -
En concreto, cada uno de los procesados han sido condenados a casi 35 años de prisión por un delito de robo con violencia e intimidación en casa habitada y con utilización de medios peligrosos --como pistolas y destornilladores terminados en punta--, y por seis delitos de detención ilegal, con la agravante de disfraz, aunque el límite máximo de cumplimiento de la pena será de 15 años.
Además, la sentencia les impone el pago de los 7.300 euros que sustrajeron a las víctimas, más la cantidad que suponga la tasación de las monedas de oro que se llevaron, menos lo percibido por la aseguradora.
La resolución judicial relata que los acusados --uno natural de Venezuela y en situación de estancia irregular en España y dos colombianos--, en unión de otra u otras personas, idearon un plan para perpetrar un asalto en una vivienda de Sopelana.
Con este objetivo, estudiaron las rutinas de sus moradores y buscaron el material necesario para realizar el asalto. De esta manera, sobre las 12.30 horas del 22 de diciembre de 2017, "guiados por el propósito de obtener un enriquecimiento ilícito", dos de los procesados se presentaron en la vivienda simulando ser repartidores que se disponían a entregar un pedido.
Les abrió la puerta una mujer y ambos entraron portando un paquete. Acto seguido, la amenazaron con una pistola, dando paso al domicilio al tercero de los acusados, que llevaba otra pistola y un destornillador terminado en punta. Posteriormente, entró en el domicilio una cuarta persona cuya identidad se desconoce. Los asaltantes condujeron a la víctima a las estancias de la parte superior de la casa, donde les abrió la caja fuerte y les entregó dinero, joyas y objetos de valor.
En ese momento se encontraba en el exterior de la vivienda la novia del hijo de la mujer, que, al poco tiempo, entró en la vivienda por el garaje. Cuando se disponía a acceder al hall, se encontró en las inmediaciones de la escalera con uno de los procesados, que la amenazó con la pistola y el destornillador. De esta forma, la hizo subir al salón, en compañía de otro asaltante, y éste les entregó el dinero que tenía.
Una vez que tuvieron en su poder el dinero y objetos de valor, los asaltantes bajaron a las dos al garaje atadas, amordazadas y con los ojos tapados, y las mantuvieron allí retenidas. Sobre las 13.20 horas, llegó el hijo de la mujer, que se vio sorprendido por tres de los asaltantes que le estaban esperando esgrimiendo un destornillador y una pistola.
Los ladrones le taparon los ojos, le amordazaron y ataron, y le llevaron a distintas dependencias de la vivienda, en la que éste sabía que había dinero y objetos de valor. Después, le trasladaron al garaje para tenerle retenido junto a las dos mujeres.
Sobre las 13.45 horas llegó al domicilio el padre con sus dos hijas, que fueron abordados por los asaltantes, y actuaron con ellos igual que con las otras víctimas. De esta forma, obtuvieron más dinero, joyas y una colección de monedas de oro antiguas, además de un lingote de oro. Posteriormente, les bajaron también al garaje.
Una vez que los delincuentes consideraron que ya no era posible hacerse con más dinero u objetos de valor abandonaron el lugar, dejando atadas y amordazadas a las seis víctimas. Una de ellas logró liberarse de sus ataduras y llamó con su teléfono móvil a la Policía a las 14.28 horas.
BAJO AMENAZAS
Durante el asalto, los ladrones amenazaron continuamente a los moradores de la vivienda con rajarles la cara y cortarles un dedo, entre otras cosas. De esta forma, lograron apoderarse de un total de 5.900 euros numerosas joyas y relojes, una colección de monedas de oro y un lingote de oro que no han podido ser tasados pericialmente.
También se apoderaron de otros objetos por valor de 1.401 euros, como diversos regalos navideños --monederos, un teléfono móvil, una videoconsola, colonias, unas zapatillas, un jersey y ropa interior-, además de los móviles de tres de las víctimas, una maleta roja y un joyero de piel. La compañía aseguradora indemnizó parcialmente a los perjudicados.
Durante el asalto, los ladrones vestían todos parecidos, con ropas y botas oscuras y utilizaron medios buffs, gorros de lana o pasamontañas para cubrirse el rostro, aunque en algunos momentos prescindieron de ellos, por lo que se les vio la cara a los tres procesados y fueron reconocidos por las víctimas.
Los condenados fueron detenidos el 11 de enero de 2018 y en sus domicilios se localizaron objetos robados. Una cuarta persona no fue acusada porque, aunque las víctimas la reconocieron en la exhibición fotográfica, no pudieron corroborarlo luego en la rueda de reconocimiento.
La Audiencia Provincial de Bizkaia cree que los tres acusados son autores cada uno de un delito de robo con violencia e intimidación, con uso de armas, en casa habitada y con utilización de medios peligrosos, además de seis más de detención ilegal, con la agravante de disfraz. Por cada uno de los seis delitos de detención ilegal, les condena a cinco años de cárcel, mientras que por el de robo les impone cuatro años, siete meses y quince días de prisión.
Además, el Tribunal destaca que no hubo "ninguna actuación de arrepentimiento" por parte de los acusados tras la comisión de los hechos, "que simplemente abandonaron el lugar dejando a todos los moradores atados".
