MADRID, 23 (EUROPA PRESS)
La sentencia, de la que ha sido ponente el magistrado Juan Francisco Martel, considera probado que esta organización engañó a al menos cinco mujeres --dos constan como víctimas y otras tres, inicialmente identificadas por fuerzas policiales están en paradero desconocido-- con la promesa de un trabajo en Europa y bajo amenaza del rito vudú para que abandonasen la precaria situación que tenían en Nigeria y se pusieran en sus manos.
Tras hacerlas cruzar África a pie y en camión, las trasladaron a Libia y en la costa de Trípoli, fueron embarcadas en pateras camino del continente y recogidas en un campamento de refugiados de Sicilia para a partir de ahí, exigirles el pago de la deuda contraída, unos 40.000 euros, coaccionándolas para ejercer la prostitución para beneficio económico de todo el grupo. De Sicilia algunas mujeres acabaron en Noruega y otras en Dinamarca.
Las dos víctimas identificadas en este procedimiento coincidieron en un piso de Bilbao, ciudad donde debían ejercer la prostitución para el grupo, y donde pusieron fin a su situación con ayuda del cliente de una de ellas, que las apartó de la red y la acompañó en su denuncia. La otra no llegó a denunciar, pero sí prestó testimonio en el juicio y el tribunal la ha considerado víctima igualmente de la red.
Por esta razón, ha impuesto 18 años de cárcel a Ebiuwa Ogbeifun por dos delitos de trata de mujeres con fines de explotación sexual en concurso medial con un delito de prostitución. Considera probado que ella, bajo el sobrenombre de Juliet, se encargó de los traslados de las mujeres y recibía beneficios de su prostitución. La Sala le impone un año de cárcel más por la documentación falsa que fue hallada en su poder cuando la detuvieron.
Asimismo, el tribunal ha condenado a la misma pena de 18 años de cárcel a Paplo Lawrence, el hombre que se encargó de recepcionar a las víctimas en Madrid y custodiarlas hasta su traslado a Bilbao donde siguieron siendo explotadas. Tanto él como 'Juliet' negaron los hechos en el juicio y se desvincularon de cualquier actividad relacionada con la trata de mujeres y su explotación sexual, aunque las víctimas les señalaron sin lugar a dudas.
TRES DE CINCO RECONOCIERON LOS HECHOS
Menos condena afrontará Fred Okome, el hombre que recepcionó a una de las víctimas en Italia para entregársela a 'Juliet'. Admitió en el juicio su papel en esta red y se conformó con responder por un sólo delito de trata de seres humanos con fines de explotación sexual al que se ha aplicado la atenuante de reconocimiento tardío de los hechos, por lo que se le imponen seis años de prisión.
Dos acusados más reconocieron los hechos ante el tribunal y su pena ha menguado por el mismo atenuante. Godwin Othaleyemi admitió que controlaba a las chicas cuando ejercían en las calles de Bilbao por encargo de 'Juliet' y ha sido condenado a dos años, seis meses y dos días de prisión por dos delitos relativos a la prostitución.
Mientras, Abieyua Ero, la única de los procesados que esperó la celebración del juicio estando en libertad provisional y que acudió a las sesiones con un bebé a la espalda y otro en un carrito, ha sido condenada a dos años de cárcel por dos delitos de prostitución. Ella, según reconoció en la sala, controlaba el piso de Bilbao en el que estaban las chicas, vigilando sus horarios para 'Juliet'. Fue quien dio la voz de alarma a la organización el día que ellas decidieron no regresar.