LIBRE COMERCIO: LA MEJOR SALIDA
La incorporación de Canadá al acuerdo negociado entre Estados Unidos y México supone el fin de la incertidumbre y revela, también, que es difícil que haya otro camino para la cooperación entre los tres Estados de Norteamérica. Ha habido demasiado ruido, sobre todo, por parte de la Administración Trump, en torno a este acuerdo pero, al final, ha imperado la sensatez y la cordura. América del Norte no podía desprenderse del libre comercio ni tampoco dar un giro definitivo hacia el proteccionismo. Habrá que analizar con detalle los puntos del nuevo acuerdo, pero todo apunta a que no se producen cambios sustanciales que pongan en peligro la creación de un espacio de libre comercio que ha sido, hasta ahora, la expresión de la integración, es verdad que escasa, entre los Estados norteamericanos. La dificultad que ha existido para llegar a compromisos abre, curiosamente, la posibilidad de que comience un nuevo período en las relaciones mutuas y que, además, los resultados del Acuerdo permitan una cooperación más profunda. El triunfo del libre comercio lanza un mensaje a la comunidad internacional y a las posiciones nacionalistas. La crisis de integración que sufre en la actualidad el continente americano encuentra un cierto alivio con la decisión de mantener, aunque en otro contexto y con precisiones, el acuerdo de libre comercio en Norteamérica. Sin embargo, todo esto es poco. Se puede anotar un triunfo de lo económico y la efectividad de la cooperación entre los Estados norteamericanos, pero todavía queda un largo camino por recorrer. Se debe rescatar, con intensidad, la Alianza para la Seguridad y la Prosperidad de América del Norte (Aspan) que no sólo tiene un carácter económico, sino que aborda sectores de la cooperación política. El TLCAN sigue vivo aunque se le cambie de denominación y se determinen contenidos nuevos. El resultado final de las negociaciones es, en definitiva, que la integración representa la mejor opción para todos. Lo único que cabe preguntar es si era necesario, para llegar a esto, tanto alboroto.
