PALMA DE MALLORCA, 7 (EUROPA PRESS)
La Audiencia Nacional ha absuelto a un empresario mallorquín a quien el líder de una red de narcotraficantes, Manuel A.F., acudió en 2007 para comprarle una lancha con la que poder transportar ingentes cantidades de cocaína desde barcos nodriza en el Atlántico hasta Galicia. El tribunal considera, sin embargo, que el acusado desconocía el destino ilícito que se le pretendía dar a la embarcación.
Mediante una sentencia a la que ha tenido acceso Europa Press, la Sala de lo Penal de la Audiencia condena a penas de entre 9 y 22 años de cárcel a quince integrantes de dos bandas, la de los 'Patocos' y la de los 'Parido', que se dedicaban a recoger "importantes" partidas de cocaína de barcos ubicados en aguas atlánticas y trasladarlas en planeadoras de gran potencia a las costas gallegas.
Se trata de unos hechos por los que el pasado mes de noviembre fueron juzgados hasta un total de 26 acusados, de los que han sido absueltos once, entre ellos el mallorquín José C., importador de embarcaciones de unos astilleros de Milán y para quien la Fiscalía reclamaba ocho años de cárcel por considerarle colaborador de un delito consumado de tráfico de drogas.
Según la Audiencia Nacional, la banda de los 'Patocos', encabezada por el fallecido Manuel A.F. y asentada en la zona de Vilagarcía de Arousa, había establecido la infraestructura necesaria para acondicionar las barcas que posteriormente utilizaban para sus fines.
Los estupefacientes eran trasladados por barcos nodriza hasta el Atlántico por organizaciones sudamericanas con las que se concertaban a cambio de dinero o de una parte de la droga, para después trasvasarla a sus lanchas y transportarlas hasta Galicia, donde, o bien las introducían directamente en tierra, o bien las trasladaban a embarcaciones de menor porte que, posteriormente, alijaban en las playas.
PAPEL DE JOSÉ C. EN LOS HECHOS
El papel de José C., al igual que el del resto de absueltos, se ceñía al momento en que, para la realización de sus actividades, los narcotraficantes precisaban acudir a diversos profesionales, relacionados de alguna manera con actividades náuticas, que pudieran suministrar los materiales necesarios o llevar a cabo los trabajos de acondicionamiento precisos tanto para las instalaciones como para las embarcaciones en cuestión.
Y ello, recalca la sentencia, sin que éstos perteneciesen a la banda ni fuesen conocedores del destino que se les iba a proporcionar a los productos vendidos, instalados o acondicionados.
Así, después de que Manuel A.F. acudiera al empresario isleño, como único representante en España de unos astilleros de Milán, ambos viajaron hasta Italia para contratar definitivamente la adquisición de la lancha y, una vez ésta estaba prácticamente construida, el narcotraficante organizó su transporte hasta España. La embarcación partió de los astilleros el 23 de febrero de 2008.
En su resolución, el tribunal subraya que no ha quedado acreditado que José C. tuviera relaciones comerciales con Manuel A.F. "No se trata de que este acusado tenga conocimiento de las actividades delictivas -del líder de los 'Patocos', en este caso-, sino de su participación delictiva en las mismas", subraya la Sala amparándose en una anterior sentencia.
NO CONSTA QUE PARTICIPARA EN NINGUNA TRAMA DELICTIVA
En lo que se refiere a las intervenciones telefónicas que fueron aportadas a esta causa, la sentencia asevera que son "excesivamente amplias o equívocas para concluir, con total rotundidad, que José C. participaba activamente en una trama delictiva concreta destinada al narcotransporte".
Del mismo modo, recalca, tampoco consta que el empresario hubiera percibido cantidad alguna de dinero u otro tipo de remuneración por parte de la organización, más allá del precio concertado por la venta.
La resolución abunda en la actividad desplegada por la otra organización de lancheros, la de los 'Parido' que, dirigida por Juan Carlos F.C., tenía su propia infraestructura marítima y terrestre, y también se dedicaba al transporte de cocaína para otros grupos gallegos y sudamericanos. Así, también salía a recoger la droga en alta mar para acercarla a la costa gallega, descargarla y ocultarla en playas.
