MADRID, 22 May. (EUROPA PRESS) -
El caso se remonta a mayo de 2009, cuando el afectado, defendido por el despacho Brenes & Abogados, invirtió 100.000 euros en participaciones preferentes de Caja Madrid, entidad en la que trabajó hasta la jubilación.
En una sentencia firme, a la que ha tenido acceso Europa Press, el tribunal señala que Caja Madrid llevó a cabo "un auténtico servicio de asesoramiento financiero" en este caso, sobre todo teniendo en cuenta que fueron las llamadas de la sucursal al afectado lo que le llevó a invertir parte del dinero de su jubilación en este producto.
Sin embargo, explica que, pese a que el demandante había sido empleado de Caja Madrid hasta su jubilación, "no contaba con una especial formación financiera, puesto que inició su andadura en la entidad como mero ordenanza, promocionando a cajero de ventanilla y posteriormente a auxiliar", jubilándose antes de que apareciera la serie de preferentes que había contratado.
"A pesar de ser empleado de banca, no estaba familiarizado con el producto", apunta el juez, que determina que eso le lleva a concluir que el afectado carecía de "especiales conocimientos" en productos complejos que le permitieran comprender con mayor facilidad el producto.
Tras analizar el caso, el tribunal concluye que el consentimiento del afectado estaba "viciado por error esencial y excusable" ya que, pese a que dio su consentimiento por teléfono, no contó con la orden de suscripción ni el tríptico resumen, así como tampoco se le efectuó el test de idoneidad.
"NEGLIGENCIA" EN LA COLOCACIÓN DE PREFERENTES
Por otra parte, el juzgado de Primera Instancia número 2 de Madrid ha declarado la "negligencia" de Bankia en la colocación de una participaciones preferentes y obligaciones subordinadas a una familia dedicada a la hostelería, y ha obligado al banco a devolver 342.000 euros a los afectados, previa compensación con los intereses cobrados, según ha informado el despacho Zunzunegui Abogados.
La sentencia recoge una declaración del director de la sucursal relativa al diseño de la colocación de las preferentes, en la que afirmaba que "al informar sobre estos productos tenían instrucciones sobre los matices que debían introducir para suavizar los puntos negativos, de modo que pudieran colocarse en clientes de perfil conservador".
