MADRID, 18 (EUROPA PRESS)
La sustitución de Carlos Dívar en el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y el Tribunal Supremo tras una dimisión que todos dan por segura para el próximo jueves ha sido el tema más recurrente en los corrillos formados durante el cóctel que se ha servido al término del acto celebrado este lunes para conmemorar el bicentenario del Tribunal Supremo.
Vocales del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y magistrados del Tribunal Supremo presentes en el acto han coincidido en señalar la preocupación por la imagen que la crisis en el órgano de gobierno de los jueces puede estar provocando en el exterior.
Por ello creen necesario evitar la situación de interinidad que se creará durante más de año y medio -hasta la próxima renovación del CGPJ-, una vez que, dimitido Dívar, la presidencia del Consejo pase a ser en funciones del actual vicepresidente, Fernando de Rosa, mientras que por ley la del Tribunal Supremo sea automáticamente para el presidente de Sala más antiguo, que en este caso es Juan Xiol Ríos.
No obstante, lograr un candidato para presidir ambas instituciones debe lograr al menos 13 votos en el Pleno del CGPJ, y todos coinciden que, de encontrarse candidato, éste debe ser de consenso y lograr una mayoría mucho más amplia.
Encontrar a la persona adecuada no parece fácil, si se tiene en cuenta el tiempo que ha costado recientemente alcanzar el acuerdo necesario para cubrir vacantes como las de la Sala de lo Penal o la Sala de lo Militar, que ha superado los dos años.
Además del propio Xiol, de tendencia progresista moderada, lo que podría crear dificultades a la hora de obtener el apoyo de los vocales conservadores, suenan nombres como el del presidente de lo Contencioso-Administrativo, José Manuel Sieira, o el del propio De Rosa.
No obstante, no son pocos los que descartan a este último por no tener categoría de magistrado del Tribunal Supremo. Otros apuntan la posibilidad de que el año y medio que queda de mandato el CGPJ pueda ser presidido por algún magistrado emérito que disponga de la confianza de una mayoría de este órgano y del Consejo.
ACTO DESLUCIDO
Además de estas quinielas, otro de los temas más comentados ha sido lo deslucido del acto del bicentenario, debido a la soledad en la que ha podido verse al aún presidente, Carlos Dívar, que apenas ha conversado con el resto de invitados. El actual presidente se ha ausentado del cóctel tras acompañar a la puerta al Príncipe de Asturias.
on Felipe ha sustituido en el solemne acto al Rey Don Juan Carlos, quien se encuentra de viaje en Arabia Saudí para dar su pésime a la familia real por el fallecimiento del Príncipe Heredero, Nayef bin Abdulaziz.
Esta circunstancia, además de las ausencia de gran número de embajadores iberoamericanos y de vocales como los que instaron la dimisión de Dívar, Margarita Robles o José Manuel Gómez Benítez, añadido a lo breve de las intervenciones, han contribuido al deslucimiento.
Los que sí estuvieron presentes fueron el presidente del Tribunal Constitucional, Pascual Sala, junto al fiscal general del Estado, Eduardo Torres-Dulce, miembros de la Sala de Gobierno del Supremo, magistrados, la portavoz y vocales del órgano de gobierno de los jueces que han sido testigos de la ceremonia. No obstante, otros apuntaban a la existencia de sillas vacías en la Sala de Plenos donde se han leído los discursos.
También acudieron la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría y el ministro de Justicia, Alberto Ruíz-Gallardón, han acudido al acto, junto a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, la alcaldesa de la capital, Ana Botella, y la delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes.
Representantes parlamentarios del Congreso y el Senado también han asistido al acto, entre los que se encontraban los 'populares' José Miguel Castillo y Pablo Casado o los socialistas Arcadio Díaz-Tejera o Antonio Camacho. El diputado de IU, Gaspar Llamazares, ya anunció su intención de rechazar la invitación del presidente del Supremo.