VALLADOLID, 31 Jul. (EUROPA PRESS) -
La sentencia estima que la Administración autonómica no ha considerado "la elevada contaminación por nitratos" del acuífero del Páramo de Cuéllar, por la que desde 2003 la veintena de pueblos de la comarca de La Churrería se tiene que abastecer de agua potable desde un manantial de la provincia de Segovia, y que ha llevado a declarar a esta comarca "como zona vulnerable a la contaminación de las aguas por nitratos procedentes de fuentes de origen agrícola y ganadero", señala la organización a través de un comunicado.
"Las más de 20.000 toneladas de purines" que producirían cada año ambas explotaciones "agravarían el problema de la contaminación de las aguas subterráneas por nitratos, al esparcirse por los terrenos de la comarca, y también emitirían al aire 100 toneladas anuales de amoniaco y de metano, contaminantes tóxicos que inciden en la formación de partículas y ozono, y en el caso del metano son responsables del cambio climático".
"Para el Tribunal, ha sido probado, y no se discute que en la zona vulnerable a la contaminación de aguas por nitratos Churrería (ZV-CH) hay diecinueve explotaciones ganaderas con autorización ambiental otorgada. Pero en el presente caso tampoco hay ni en el estudio ni en la declaración de impacto ambiental la más mínima mención a todas esas explotaciones ni tampoco la consideración debida a los efectos acumulados y sinérgicos en el sentido exigido por la normativa aplicable", detalla el fallo del Alto Tribunal.
EA señala que la sentencia cita un informe pericial que concluye que una masa subterránea es una unidad en sí misma que no se puede acotar a la extensión de un término municipal, "por lo que su buen estado debe prevalecer en su totalidad y es necesario considerar el impacto acumulativo de la veintena de explotaciones ganaderas intensivas con autorización ambiental en la comarca", así como un informe similar del propio Servicio Territorial de Medio Ambiente de Valladolid, y que, han recordado, no se ha tenido "en cuenta".
La Churrería es una de las seis zonas vulnerables a la contaminación de las aguas por nitratos procedentes de fuentes de origen agrícola y ganadero existentes en la provincia de Valladolid, junto a los páramos de Esgueva y de Torozos, el acuífero de los Arenales y las comarcas de Medina y Tordesillas, zonas que en conjunto afectan a 111 municipios sobre más de la mitad de la superficie provincial, detalla Ecologistas que lo achaca al "exceso de abonado de las fincas agrícolas".
"Ecologistas en Acción denuncia que la Junta y los responsables provinciales y regionales del Partido Popular se han entregado completamente a los intereses de la ganadería industrial, sacrificando la salubridad del aire que respiramos y el agua que bebemos" señalan para considerar "imprescindible" la denegación de las autorizaciones para ampliaciones y nuevas macrogranjas ganaderas en las zonas vulnerables a la contaminación por nitratos, en coherencia con la prohibición contenida en el nuevo Plan Hidrológico de la Cuenca del Duero "que la Junta se resiste a asumir".
"Ecologistas en Acción pide al Gobierno regional que se incorpore así con seriedad al debate sobre las macrogranjas y el modelo alimentario que representan, frente a la tradicional ganadería extensiva y a la agricultura y ganadería ecológicas, adoptando medidas que protejan el medio ambiente, la salud de la ciudadanía y de los consumidores y los pequeños ganaderos de Castilla y León, sacrificados por la Junta en su apuesta por las macrogranjas industriales", finaliza.