VALLADOLID, 20 May. (EUROPA PRESS) -
Por contra, el tribunal ha impuesto una condena de dos años cárcel a su compañero de banquillo, Darwin R, uno de los solicitantes de dichos empréstitos no devueltos, al considerar probada su participación en los hechos.
Si el primer día del juicio doce de las catorce personas encausadas por esta trama se declararon culpables y sellaron con las acusaciones pública y particulares--Deutsche y Caja Rural de Zamora--distintas condenas que sumaron en su conjunto diecisiete años y medio de cárcel, la vista oral había continuado contra la ya extrabajadora bancaria y Darwin, que se habían declarado inocentes, y por tanto la incógnita residía en conocer el fallo del tribunal respecto de ambos encausados, que, por el mismo orden, se exponían a cinco y dos años y medio de prisión.
Pues bien, examinada la prueba, la Sección Segunda de lo Penal de la Audiencia Provincial ha absuelto a la que fuera empleada del Deutsche Bank al no poder probar, "sin una duda más que razonable, la participación de la acusada en la trama criminal investigada. No se acredita ninguna relación anterior entre Carmen y el cabecilla de la trama, Rubén A.R, y de la testifical se desprende que ella no tenía poder para autorizar o aprobar las operaciones ni tampoco medios para comprobar la falsedad de los documentos presentados".
A una conclusión bien distinta llega la Audiencia Provincial respecto del otro acusado, Darwin R, al que ha hallado autor de un delito continuado de estafa en concurso con otro continuado de falsedad en documento privado y mercantil, merecedor de una condena de dos años de cárcel y, en concepto de responsabilidad civil, del pago de una indemnización por valor de 17.781,45 euros en favor de la referida entidad bancaria, cantidad que habrá de abonar de forma solidaria con el 'cabecilla' de la trama, Rubén A.R.
En el caso de Darwin, la sala entiende que "existe base suficiente para su condena por el concierto del préstamo personal con la entidad Deutsche Bank, la aportación de tres nóminas falsas de esa supuesta mercantil de control y logística en la que nunca llegó a trabajar, así como por el concierto de la financiación de la compra con Cofidis aportando iguales nóminas. Rechazamos por todo lo expuesto ese pretendido desconocimiento y falta de dolo o voluntad de engañar a las entidades crediticias".
Durante el juicio, la ahora absuelta eludió responsabilidad alguna en lo ocurrido--su propia directora la exculpó en la primera jornada--y explicó, tal y como entiende acreditado el tribunal sentenciador, que su cometido se ciñó exclusivamente a recoger la documentación, fundamentalmente consistente en el DNI, fotocopia de las tres últimas nóminas, la Declaración de la Renta y solicitud de tratamiento bucodental de cada uno de los solicitantes de los préstamos, sin que la verificación de toda ello corriera por su cuenta.
La acusada, que entró en el banco en mayo de 2016 con un "contrato junior y de prueba", hacía acto seguido entrega de toda la documentación a la directora de la sucursal y era ésta la encargada de revisarla junto con el Interventor de la entidad, para luego remitir todos los documentos al Departamento de Riesgos en Madrid, encargado final de aprobar las operaciones.
En su declaración, Carmen C.P. aseguró también que fue el empresario dental Rubén A.R, 'cerebro' de la trama delictiva y que ha aceptado una condena de tres años y medio de cárcel--ha sido condenado en otras dos ocasiones anteriores a casi 22 años de cárcel como ideario del 'Crimen de La Circular' y por liderar una banda dedicada al robo de vehículos--el que se personó un día en la entidad para solicitar financiación. La acusada reconoció que le concertó una entrevista con la directora y ésta le planteó dos vías de financiación, bien a través de una línea de crédito para la clínica o bien acudiendo con sus propios pacientes para solicitar préstamos personales.
CHAT PARA RECLAMAR EL ABONO DE LOS CRÉDITOS
El empresario eligió la segunda de las vías, de forma que la sede del Deutsche Bank en Duque de La Victoria comenzó a recibir el 'desfile' de falsos pacientes de la clínica 'Rubaldent', de la que era titular Rubén A.R, para solicitar en su conjunto más de cuarenta créditos personales por importe global de 180.000 euros que una vez concedidos empezaron a resultar impagados.
"Yo no sabía que toda esa documentación fuera falsa. Inicié un chat con Rubén con el único objetivo de recuperar la mora, es decir, para que sus clientes fueran pagando los créditos. Yo estaba desesperada porque todos sus clientes estaban cayendo en mora y le pedí que hiciera algo", se justificó Carmen C.P, quien añadió que además de dicho chat, que inició por encargo de su propia directora, abrió otros ocho con otros tantos clientes morosos apremiándoles para que realizaran algún ingreso.
Tras la declaración de la extrabajadora bancaria, a la que solo imputaba la acusación pública, que junto con una pena de cinco años de cárcel pedía para ella una responsabilidad civil de 180.000 euros, el otro acusado, Darwin R, se declaró también inocente aunque con una argumentación "rocambolesca" e "increíble", en palabras de las acusaciones, ya que sostuvo que lo que el 'cerebro' de la trama le pasó a firmar entendió que no era un préstamo sino un contrato laboral para mantenimiento en una empresa de logística.
"No he recibido ningún dinero. Es cierto que Rubén me ofreció pedir un crédito pero yo me negué y lo único que hice fue firmar lo que pensé que era un contrato", insistió Darwin, quien, además, añadió que cuando el día 4 de noviembre de 2016 acudió a un encuentro con Rubén para estampar su rúbrica en los papeles creyó que se encontraba en la clínica dental, en lugar de la sede del Deutsche Bank donde realmente tuvo lugar el trámite.