VALÈNCIA 5 Feb. (EUROPA PRESS) -
En concreto, el tribunal les condena a un año de prisión y al pago de una multa de 2.400 euros por un delito de odio, y les imponen otra multa de 600 euros por un delito leve de amenazas.
Los hechos se remontan al 16 de abril de 2023, cuando los condenados se subieron a un Cabify sobre la 1 hora, cuyo conductor era un hombre de piel negra.
Según consta como probado en la sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, los condenados, llevados por la intención de menospreciar y vejar al conductor, le increparon diciéndole en tono de burla que tenía el mismo nombre que una marca de lápices y que "menudo lapicero debía tener".
A continuación, y tras hacer gestos golpeándose la cara imitando a un simio, le dijeron: "negro de mierda, te vamos a follar; los negros tenéis la polla más grande que nosotros y, si es así, te vamos a reventar".
El conductor paró el vehículo en la calle Visitación de València, sin llegar a completar el trayecto, y salió corriendo del coche para, posteriormente, llamar al '112 Comunitat Valenciana'.
Los condenados protagonizaron su actitud ofensiva a pesar de las recriminaciones de su amigo y tercer ocupante del vehículo, que les conminó a que depusieran de su actitud al ver la reacción del conductor. La víctima denunció los hechos el mismo día que sucedieron.
"OBVIO CONTENIDO RACISTA"
El tribunal da veracidad a la versión ofrecida por la víctima, en parte corroborada por ese tercer viajero, y estima probado que los condenados profirieron al conductor las expresiones con un "obvio contenido racista", "no viniendo justificadas por ningún incidente previo".
Los condenados, añade, "de forma gratuita iniciaron, desde el primer momento, una conducta vejatoria hacia la víctima, todo ello por su pertenencia a la raza negra, inicialmente con una broma aparentemente infantil por la coincidencia del nombre de pila con una marca de lápices, pasando inmediatamente después a bromear con el tamaño de órgano genital al ser negro".
Esta "broma", agrega la Audiencia, se extendió luego a todos los miembros de su raza, "profiriendo insultos y expresiones vejatorias", y acompañándolas con golpes reiterados con la palma de la mano que uno de los condenados se autoinfingía como si fuera un simio.
Esta actuación provocó no solo que la víctima se sintiera vejado como ser humano perteneciente a la raza negra, sino que, además, se vio amenazado en su integridad física por los actos de violencia verbal y física que ambos condenados protagonizaron en un espacio tan reducido como es el habitáculo de un coche.
