SEVILLA, 2 Jun. (EUROPA PRESS) -
En una sentencia emitida el pasado 3 de abril y recogida por Europa Press, la Sección Séptima de la Audiencia de Sevilla declara probado, de conformidad entre las partes, que el acusado, identificado como Nahún G.F., sobre el que pesaba ya una condena previa en firme por un delito leve de lesiones y maltrato familiar, residía en 2023 en un establecimiento hotelero de Sevilla, en el cual trabajaba el afectado, con el cargo de encargado.
En ese marco, según la sentencia, sobre las 21,10 horas del día 11 de febrero de 2023, "tras mantener en la cocina del establecimiento una pequeña discusión con una persona ajena a los hechos, el acusado salió de la misma y se dirigió a la habitación en la cual residía" el encargado, quien se encontraba en compañía de su pareja.
REPROCHES AL ENCARGADO DEL HOTEL
Tras abrirle el encargado la puerta, según el relato de hechos probados reconocidos por el inculpado, el mismo "comenzó a discutir" con este responsable del hotel, "quejándose de lo conflictivos que eran otros clientes"; tras local "al manifestarle él que estaba en su hora de descanso y que no le molestase en ese momento, el acusado, con ánimo de mermar la integridad física de aquél y de conseguirlo con éxito sin ningún riesgo para él, extrajo de forma sorpresiva e inopinada de entre sus ropas un cuchillo de 12 centímetros de hoja, abalanzándose inmediatamente contra el encargado, llegando a alcanzarle con el referido cuchillo en la zona de la cabeza, causándole diversas heridas".
"Tras ello, el acusado se marchó hacia las plantas superiores portando el cuchillo, siendo detenido poco tiempo después por agentes de la Policía Nacional en la terraza del establecimiento, donde fue hallado el cuchillo el día 15 de febrero de 2023 oculto entre unas plantas", señala el relato de hechos probados.
"PERJUICIO ESTÉTICO"
La sentencia también declara probado que el afectado por la agresión ha sufrido "un perjuicio estético en grado moderado consistente en una cicatriz craneal de 30 centímetros de longitud, cicatriz en cuello de tres centímetros y cicatriz a nivel de mentón de cuatro centímetros de longitud"; así como que el acusado "padece un retraso mental ligero con trastorno afectivo y trastorno de distimia y psicogena, por el que tiene reconocido un grado de discapacidad del 66 por ciento, así como una patología dual debida al consumo de tóxicos, lo que habría afectado a sus facultades a la hora de comisión de los hechos".
Dado el caso, el tribunal condena a Nahún G.F. a tres años de cárcel por un delito de lesiones con deformidad con la agravante de alevosía y la atenuante analógica de alteración psíquica, así como seis años de prohibición de acercarse al afectado o comunicarse con él, así como a pagarle una indemnización de 8.075 euros.
