ABC 30.03.22
Esta fue la conclusión, o al menos una de ellas, a la que llegó Muñoz Machado durante la ponencia ‘¿República federal?’, que presentó dentro de la sexta edición del ciclo ‘Letras en Sevilla’ que, bajo el título ‘¿Monarquía o República? Un debate de tres siglos’, organiza la Fundación Cajasol y que coordinan el escritor Arturo Pérez-Reverte y el periodista Jesús Vigorra.
La conferencia que ofreció el director de la RAE partió de la Revolución de 1868 que expulsó a Isabel II y trató de instaurar primero una Monarquía sin los Borbones, en la figura de Amadeo de Saboya, y, después, una República, que al poco devendría en el único ensayo de República federal que ha habido en España. “Fue un desastre sin paliativos”, aseguró sobre aquel sistema, hasta el punto de que “nunca hubo después otra”. Los máximos defensores del federalismo entonces, que fueron por la influencia de Francisco Pi y Margall catalanes, se “olvidaron” pronto de ese proyecto para buscar “una solución particular para Cataluña”, lo que desembocaría durante la II República en un estatuto de autonomía y más recientemente, invocando el derecho de autodeterminación, en la independencia.
Confederaciones
Esa búsqueda de la independencia, señala este catedrático de Derecho Administrativo de la Complutense, la ha articulado recientemente la comisión para la transición nacional de Cataluña en una serie de informes que, básicamente, propugnan una separación para, después, llegar a una suerte de confederación con España para cuestiones concretas relacionadas con la defensa o el medio ambiente.
Este camino le resulta poco convincente a este académico, por cuanto “todas las confederaciones que han existido han terminado convirtiéndose en federaciones que impiden a sus partes separarse”. “Lo que están postulando es que nos separamos y luego nos juntamos en una confederación, que tendría corta vida porque con el tiempo se terminaría constituyendo una federación con el Estado español”.
Frente a este camino, Muñoz Machado contrapone que el actual estatuto de autonomía de Cataluña es un procedimiento “más flexible”, por cuanto “permite un acrecentamiento de competencias propias a costa del Estado que no tiene límites” y que les faculta ya “para dejar al Estado esas competencias mínimas que tendría cuando fueran independientes”. Porque aunque España se defina como un Estado autonómico, añadió, en la práctica funciona ya como uno federal. “La idea de incompatibilidad entre una España descentralizada y la Monarquía ha sido barrida con la Monarquía constitucional” surgida tras la aprobación del texto de 1978, muy parecida, en su opinión, a la de Bélgica. “Aquí tenemos una Monarquía fuertemente descentralizada, que si llamáramos a las cosas por su nombre la llamaríamos Monarquía federal”.
Este sistema establecido por el actual régimen jurídico no es perfecto y está sometido a tensiones por el simple devenir político. Por ello, el director de la RAE considera que “la Constitución habría que retocarla en todo lo que está fallando”. “Hay que reformarla y adaptarla a los tiempos, porque las Constituciones que duran son las que se han ido cambiando”, mantiene Muñoz Machado. Y advirtió que “son malos patriotas quienes no quieren atender a estos problemas”. “Hay una Monarquía que está bien asentada y se debería mantener el esquema constitucional reformando lo necesario”, remató.
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