SANTIAGO DE COMPOSTELA, 28 Dic. (EUROPA PRESS) -
Según recoge la sentencia, ocurrió entre el 17 y el 18 de septiembre del año 2018. El acusado conocía a la víctima por ser del mismo barrio y contactó con ella para quedar en ir juntos hasta un establecimiento de la ciudad.
En dicho local, el hombre adquirió una botella de 'whisky' y otra de refresco de limón, tras lo cual ambos se dirigieron hasta un descampado. Allí, el encausado le insistió para que bebiera e intentó besarla, tal y como relata la parte de hechos probados.
A pesar de que ella llegó a apartarlo en varias ocasiones e intentó escapar, el hombre la empujó, se puso encima de ella y la penetró vaginalmente. Posteriormente, aunque la persiguió y la agarró por el cuello, la menor consiguió huir del descampado a través de un agujero en la alambrada y llegar hasta un bar, donde pudo solicitar ayuda.
Como consecuencia de este episodio, la víctima sufrió hematomas en diversas partes del cuerpo y contrajo una enfermedad de transmisión sexual. Aparte del tratamiento médico, la menor tuvo que recibir asistencia psicológica y psiquiátrica.
UN TESTIMONIO "DESGARRADOR"
Los magistrados de la Audiencia Provincial subrayan, en la sentencia, que el testimonio de la niña, que fue "desgarrador", goza "de plena credibilidad". Así, lo califican de "congruente, sincero y persistente, expresando un gran dolor".
Además, recalcan que "no existe motivo alguno de resentimiento, ni de animadversión, ni por parte de la propia víctima ni de su familia hacia el acusado" e indican que todos los informes periciales aportados acreditan la existencia de la agresión sexual, las lesiones y los daños físicos y psíquicos sufridos por la víctima.
Durante el juicio, el acusado reconoció los hechos, pidió perdón por los mismos y se comprometió al pago de la responsabilidad civil que se fijase.
La Audiencia Provincial, que ha condenado al acusado como autor de un delito consumado de agresión sexual con penetración a menor de 16 años, ha tenido en cuenta a la hora de dictar la pena las atenuantes de dilaciones indebidas y de reparación del daño.
Además de nueve años de cárcel, le ha impuesto diez años de libertad vigilada y la prohibición de aproximarse y comunicarse con la víctima durante 15 años. El tribunal también lo ha considerado autor de un delito de lesiones, por el que lo ha condenado al pago de una multa de 750 euros.
