MADRID, 4 Nov. (EUROPA PRESS) -
Así consta en una sentencia, a la que tuvo acceso Europa Press, en la que se estima de forma parcial el recurso interpuesto por la afectada, a través de la Asociación El Defensor del Paciente.
La paciente, de 54 años, padecía fascitis plantar con pequeña rotura y tenosinovitis de los peroneos. La primera intervención se realizó en el Hospital General de Villalba el 12 de noviembre de 2015. Le realizaron una osteotomía de calcáneo y la sintetizaron con tornillos.
La intervención no salió bien, dado que los dos tornillos puestos eran cortos y mandaban fuerza para cerrar el hueso. Esa Navidad la afectada estuvo sin curas, por lo que la escayola rozó y ulceró toda la herida. Tras un mes de curas, la paciente volvió al quirófano para una segunda intervención de recambio del material de síntesis el 12 de febrero de 2016.
Pero con el paso de los meses y la rehabilitación, observaron que el dolor no le dejaba caminar empeorando cada vez más. Le realizaron pruebas y el tornillo era más largo de lo normal y estaba afectando parte del talón de Aquiles. Paralelamente tenía un dolor insoportable que incluso no le dejaba dormir, era seguida y medicada en la Unidad del Dolor Crónico del Hospital Infanta Cristina. Solo podía trasladarse en silla de ruedas.
El 29 de noviembre de 2016 fue intervenida por tercera vez para extraer ese tornillo. Aun así, al pasar de los meses la paciente siguió caminando con fuerte dolor que, a causa del uso continuo de muletas, también requirió infiltraciones en los dos hombros.
Con fecha 23 de junio de 2017, la mujer volvió a ser intervenida quirúrgicamente por cuarta vez para extirpar zona cicatricial y realización de injerto cutáneo en el talón.
Tras un acumulo de complicaciones, la indicación de tratamiento para un pie plano del adulto no adecuada y las técnicas quirúrgicas no cuidadosas, la paciente padece un fuerte dolor en seguimiento en Unidad del Dolor Crónico, con parches de Lidocaína. Esta medicación le está afectando al aparato digestivo y la patología le está afectando seriamente a la espalda y a su previa patología de hombro.
Tras cuatro intervenciones no parece que haya superado su patología, más bien ha empeorado tras la última intervención ya que también ha afectado al nervio plantar.
El Defensor del Paciente recalca que laboralmente se está viendo afectada y sus ingresos económicos se están viendo mermados, ya que "tan solo puede caminar con muletas, en su casa; y por su profesión de comercial está perdiendo clientes, solo conserva los que tenía hace años y lleva dos años sin poder captar nuevos".