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Saber e ignorancia; por Antonio Garrigues Walker, jurista

09/08/2021
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El día 9 de agosto de 2021 se ha publicado, en el diario ABC, un artículo de Antonio Garrigues Walker, en el cual el autor considera que vivimos una época compleja y peligrosa que requiere normas de convivencia flexibles e inteligentes, que aseguren una sostenibilidad razonable.

SABER E IGNORANCIA

Ignoramos más, mucho más, de lo que conocemos. Eso es sabido y aceptado. Y nuestra ignorancia crecerá sin cesar según pasen los tiempos. Entender esta situación y asumirla con naturalidad va a ser una actitud indispensable para poder dignificar y valorar la condición humana. Por eso decía Baltasar Gracián que “el primer paso de la ignorancia es presumir de saber” y Albert Einstein afirmaba que “todos somos muy ignorantes. Lo que ocurre es que no todos ignoramos las mismas cosas”. Habrá pues que controlar las tentaciones al dogmatismo, que en nuestro país podrían describirse con la frase de “lo que yo te diga” y advertir especialmente al estamento político que controlen la tentación a las afirmaciones categóricas sobre temas que desconocen, una tentación que en muchas ocasiones acaba resultando cómico.

Hace algún tiempo, con la colaboración decisiva de Antonio García Maldonado, escribí un ‘Manual para vivir en la era de la incertidumbre’, en donde trataba de encontrar fórmulas para enfrentarse a un mundo en transformación, y el consejo básico era el de aprender a convivir con la incertidumbre y la duda. He leído además dos libros que se titulan ‘Ignorance’, de Stuart Firestein, y ‘La barbarie de la ignorancia’, que contiene la conversación entre George Steiner y Antoine Spire, un diálogo que ilumina muy bien este tema. Los dos libros intentan descubrir las paradójicas ventajas de la ignorancia y el cómo y cuánto nos ayuda a penetrar en la cultura y en la ciencia cuando la aceptamos con humildad, y no nos avergüenza partir de cero. Cuesta mucho en el mundo latino y con especial intensidad en España, aceptar que no se sabe algo -aun cuando no haya razón alguna para saberlo- y se utilizan todo género de fórmulas, algunas verdaderamente ingeniosas, para evitar que se nos descubra y llegado el caso de que así sea nos comportamos como advertía Antonio Machado, despreciando lo que ignoramos. En el mundo jurídico existe un principio básico que proclama que la ignorancia de la ley no es excusa para su incumplimiento, un principio con el que no solo se intenta evitar comportamientos anárquicos sino generar la voluntad y obligaciones a las que debemos ajustar nuestra vida. Aunque este principio se esté relajando por medio de excepciones justificadas, las instituciones del mundo jurídico deben defenderlo con interés porque dignifica la profesión y enriquece la calidad del sistema legal.

Como he dicho en otras ocasiones, vivimos una época compleja y peligrosa que requiere normas de convivencia flexibles e inteligentes, que aseguren una sostenibilidad razonable. Quienes piensen que las desigualdades crecientes, los fenómenos que genera el cambio climático, el ascenso imparable de China, el paso de una era analógica a otra era digital... van a desarrollarse sin generar protestas profundas, harán bien en rebajar su optimismo. Vamos a una época conflictiva en la que todos tendremos que serenar los ánimos y buscar consensos por difíciles que sean.

Las instituciones de la sociedad civil no pueden seguir ignorando las nuevas realidades y tendrán que hacer los cambios necesarios para adaptarse al nuevo saber de nuestro tiempo. Hay que cambiar los liderazgos con periodicidad para evitar la tentación de permanecer demasiado tiempo en zonas de confort. Respiremos sin miedo a los nuevos aires de una nueva humanidad.

Comentarios - 1 Escribir comentario

#1

Para ayudarnos estan los profetas. En 1930 en Cambridge y luego en la Residencia de Estudiantes en Madrid Keynes dijo "como sigamos así dentro de un siglo trabajares dos días/semana" el "así" era la reducción de la jornada laboral de 10 h/día a 8 h/dia; le sucedería la de 6 a 5 dia/semana y las vacaciones anuales y el aumento de "fiestas de guardar", civiles.
En 1950 se trabajaba, en números redondos la mitad que en 1900 gracias a lko que hoy parece un "ridículo" incremento de la productividad tecnológica: Fue tal que pudimos despilfarrala destruyendo Europa dos veces y parte de Africa y Asia y aun mejoramos el nivel de vida. Esa reduccion de la jornada laboral potenció la demanda y liberó, algo, a la mujer. Hoy el aumento de la productividad individual ha sido infinito, pero la riqueza dejó de redistribuirse al trabajador que la produjo. El resultado es el paro, la degrdacion salarial y la subssitencia con subsidios y la explotaicon en los países ex-colonizados donde trabajan . 12 h/día, coo en Espoaña los falsos aut´ñonomos. ¡Háganle caso a Keynes!; reduzcan la jornada laboral a 28 h /semana, yo no soy profeta y pido menos que él y dejen que el mercado ajuste los salarios, que será al alza, hasta alcanzar "el óptimo" conforme a las leyes de Smith.

Escrito el 14/08/2021 10:55:53 por Alfonso J. Vázquez Responder Es ofensivo Me gusta (0)

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