EN ÚNICA LISTA LAS 3 DERECHAS (SIN UNIRSE)
Con todo el respeto, opino exactamente lo contrario que Santiago Abascal, a quien, por cierto, esta idea le puede beneficiar mucho. Es perfectamente posible conseguir reunir a los tres partidos (o dos) a la derecha del PSOE (o a la izquierda del PP) en lista única sin que pierda ninguno de ellos su propia identidad. Únicamente se necesita querer hacerlo. Y así sacarían los tres (o dos) partidos, gracias a la regla D’hondt, más escaños de los que obtendrían presentando tres (o dos) candidaturas separadas.
Todos hemos visto la facilidad con la que distintos partidos han hecho consultas a sus afiliados, para las primarias por ejemplo o para aprobar o decidir diferentes propuestas de sus líderes. Pues esa sería la base de esta idea, que además sirve tanto a las derechas como a las izquierdas.
Es tan sencillo como llamar a una sola consulta privada, a las bases de las tres derechas o de las dos izquierdas, a la que concurren tres (o dos) listas, una por cada partido, a los resultados obtenidos se les aplica las mismas normas de las elecciones oficiales para el reparto de escaños, cuyo número total habrá de ser igual a la suma de los que tienen actualmente entre las tres (o dos formaciones políticas y la única sencilla diferencia consiste en que, después, se ha de formar una candidatura, que es la única que presentarán los tres (o dos) partidos a las elecciones de que se trate, para beneficiarse todos ellos del efecto D’hondt, en cuya lista, al partido que haya obtenido más votos le corresponderán más puestos y al que menos se le adjudicarán menos que a los otros dos (o al otro), averiguando así, sin errores, si se ha producido entre las tres formaciones políticas algún trasvase de votos. La lista oficial que se presentará a las elecciones llevará los escaños de cada formación en la misma proporción que los obtenidos en la consulta a las bases.
Una vez conocido el número y la colocación de los escaños que le tocan a cada partido, éstos deciden--como lo hacen ahora-- qué persona va a presentarse por cada escaño de la única lista.
Sabemos que es difícil que acepten este plan los partidos, pero si lo piensan bien, podrán comprobar que no les perjudica en absoluto y, sin embargo, les proporcionaría, sin la menor duda, un sensible aumento de escaños “gratis”, con el mismo esfuerzo que hacen actualmente y, no solo anularía por completo los perjuicios que hoy les produce la regla D´hondt, sino que pasaría a beneficiarles.
El único inconveniente, pero es un mal muy menor, consistiría en que los adversarios conocerían uno o dos días antes de las elecciones cual ha sido el trasvase de votos entre los tres (o los dos) partidos de ideología contraria, pero eso también lo saben aproximadamente por las encuestas.
Este sistema ofrece otra segunda e importantísima virtud: que en las provincias en las que se sabe con seguridad que sólo sacan escaños la primera y la segunda fuerza política, con este método se aseguran que la lista que proponemos va a ser elegida, sin duda, bien como primera o como segunda, en cada una de esas provincias.
La consulta a las bases, que se supone que son un reflejo de sus votantes, convendría hacerla lo más cerca posible de las elecciones, para evitar reacciones de los demás partidos, aunque poco pueden cambiar en sus planes dos o tres días antes de los comicios y además no caben perjuicios importantes a los que apliquen este sistema.
