El mercado único digital constituye uno de los contextos más prometedores y desafiantes para el progreso socioeconómico de la Unión Europea. Este mercado fomenta las opciones de negocio mediante el comercio electrónico y facilita el cumplimiento de los requisitos administrativos y financieros para las empresas y otorga capacidades a los clientes a través de la administración electrónica (e-government). En la actualidad, los servicios del mercado y de la administración desarrollados dentro del mercado único digital están evolucionando de plataformas electrónicas a plataformas móviles, lo cual facilita el acceso a la información y a los contenidos en cualquier momento, lugar y dispositivo. Este avance necesita un marco normativo que impulse el acceso a internet rápido y ultrarrápido para todos y a precios asequibles, el desarrollo de la computación en nube, la conectividad de datos móviles sin fronteras y el acceso simplificado a la información y al contenido. Y todo ello preservando la privacidad, los datos personales, la seguridad cibernética y la neutralidad de la red.
Se hace también necesario reflexionar sobre las nuevas oportunidades de delito que nacen como consecuencia de estas nuevas posibilidades tecnológicas y sobre qué instrumentos habría que utilizar y crear para afrontarlas, algunos de los cuales pueden surgir a través del mismo espacio digital europeo. Es especialmente interesante reflexionar sobre la conveniencia de la creación de espacios digitales únicos europeos funcionales a una verdadera coordinación y cooperación judicial y policial de los Estados en ciertas materias como, entre otras, el terrorismo.
Desde un punto de vista político, existe un amplio debate sobre hasta qué punto los medios digitales posibilitan el desarrollo de una esfera pública transnacional capaz de extender el debate democrático y favorecer la construcción de una identidad y una ciudadanía común más allá de los límites de los estados. En el entorno digital la información circula de manera más inmediata, directa y ágil. La red impulsa el debate público y la acción política a una escala global a través de la interconexión entre personas individuales, movimientos sociales, actores políticos, etc. Se puede pensar como ejemplos desde las alianzas y frentes políticos y sociales contra las políticas europeas de austeridad hasta los populismos de distinto signo ideológico que se propagan por Europa. La propia Unión Europea ha creado plataformas online participativas para informar y debatir sobre las políticas públicas y directivas que se están debatiendo en el seno de las instituciones europeas. Al mismo tiempo, todos estos medios digitales pueden ser vistos también como herramientas de control y vigilancia al servicio de un Gran Hermano, cuya concentración de información, y por lo tanto poder, podría poner en riesgo las libertades individuales.
