BARCELONA, 18 (EUROPA PRESS)
En la sentencia, recogida por Europa Press, la Sección Segunda de la Audiencia concluye que había dos niveles jerárquicos en la organización: la cúpula compuesta por Ikkenna V., Michael B., Henry N., Sreda O., y un segundo grupo formado por Osas O., Moureen J., Pat I., que convivían con las víctimas controlando su actividad y recaudando el dinero.
Contactaban en Nigeria con mujeres jóvenes, vulnerables y con problemas económicos, y les ofrecían viajar a España para trabajar o estudiar a cambio de pagar una suma de entre 30.000 y 50.000 euros, que deberían devolver con estas actividades.
Una vez captadas, viajaban a España la mayoría de veces por vía terrestre y marítima cruzando el norte de África vía Marruecos y Libia, para luego cruzar el Estrecho de Gibraltar en cayucos o pateras.
Cuando llegaban a España las conducían a Barcelona o ciudades próximas y era entonces cuando les desvelaban la realidad: la inexistencia de esos trabajos y la obligación de ejercer la prostitución, normalmente en Las Ramblas, el Raval e inmediaciones del Camp Nou, para que pagaran la deuda contraída.
Las mujeres, en situación de necesidad sin familia ni posibilidades de acceder al mundo laboral, se veían obligadas a prostituirse, porque además recibían malos tratos y amenazas sobre sus familia.