El ministro ha destacado la absoluta vigencia de la práctica del arbitraje en un entorno en el que las relaciones comerciales entre empresas o entre empresas y consumidores o usuarios se han multiplicado exponencialmente y se han deslocalizado. El objetivo, según ha explicado Catalá, es conseguir que los agentes económicos conozcan y valoren los elementos y rasgos propios de este proceso, como la confianza, la transparencia y la especialización, lo que lo convierte en un verdadero equivalente jurisdiccional.
En la actualidad el arbitraje gana atractivo en el entorno comercial internacional, donde supera en número a los arbitrajes nacionales, según los datos facilitados por el ministro. Esta tendencia se acelerará con el uso de las tecnologías, la legislación europea y el futuro tratado de libre comercio entre la Unión Europea y Estados Unidos, ha detallado Catalá.
El ministro de Justicia se ha mostrado dispuesto a reforzar todos aquellos aspectos que entran en el ámbito de competencia del Ministerio para fortalecer la institución del arbitraje. Así, ha citado la renovación de diferentes ámbitos del Derecho Privado, como por ejemplo la Ley de Navegación Marítima, aprobada el pasado mes de julio, que ha proporcionado al Derecho marítimo un marco moderno que abre nuevas perspectivas al desarrollo del sector.
También ha destacado el empeño de este Gobierno para homologar nuestro modelo de Justicia al de las economías más competitivas del mundo. Catalá ha defendido además la necesidad de que los agentes económicos y el conjunto de la sociedad conozcan y valoren los principios de inmediación, audiencia, celeridad, contradicción e igualdad de las partes que presiden el procedimiento arbitral.
