EL PARAÍSO ESCOCÉS
El ministro principal de Escocia, Alex Salmond, sigue el guión del buen independentista: se siente oprimido por la situación en la que vive y afirma que el paraíso está a la vuelta de la esquina. El Libro Blanco que ha presentado esta semana explica las ventajas de soltar amarras a base de ambigüedades y errores, como la permanencia de Escocia en la Unión Europea si se independiza del Reino Unido o la afirmación de que seguirían utilizando sin mayores inconvenientes la libra esterlina. Este punto es especialmente descabellado porque crearía una situación de total dependencia de su nuevo Estado respecto a la política económica y monetaria decidida desde Londres. Pero el habilidoso Salmond se propone darle la vuelta a las encuestas que hoy prevén un rotundo no en el referéndum secesionista del próximo 18 de septiembre. Tiene dos ventajas sobre el mejor juntos del campo unionista: su facilidad para apelar a las emociones de sus paisanos y las dudas del partido conservador sobre la permanencia del Reino Unido en la Unión Europea.
El gobierno de David Cameron está consiguiendo reducir la montaña de deuda bajo la que sobrevive, pero no proyecta un discurso en positivo del país. Frente a la xenofobia del partido UKIP, debería ofrecer una visión optimista de una sociedad capaz de integrar y beneficiarse de la inmigración. En cuestiones europeas, la mitad euroescéptica de su partido hace mucho más ruido. Cameron ha cometido el error de prometer primero una Unión Europea reformada y luego un referéndum sobre la permanencia, en vez de invertir los tiempos. Desde su muralla escocesa, Alex Salmond además sabe que en septiembre un resultado ajustado en contra también sería una victoria. Negociaría una ronda más de descentralización y mantendría viva la llama secesionista. En España, ante el independentismo catalán la Unión Europea funciona plenamente como régimen anti-secesión, porque nadie pone en duda nuestro ser europeo. A cambio, no se puede esperar fair play de los que reclaman un anticuado monopolio de las emociones.