UN NUEVO GOBIERNO DEL PODER JUDICIAL
Acabamos de conocer los nombres de los vocales que dentro de pocos días integrarán un nuevo mandato del Consejo General del Poder Judicial. Se trata de profesionales de reconocido prestigio, perfil moderado y con un gran conocimiento de la Administración de Justicia, que a partir de ahora tendrán la alta responsabilidad de gobernar el Poder Judicial. A diferencia de ocasiones anteriores, esta vez podemos considerar que la renovación se ha llevado a cabo en tiempos muy razonables, ya que desde la fecha de expiración del mandato que ahora finaliza apenas han transcurrido dos meses. Ello ha sido posible gracias a que el acuerdo político necesario para acordar los nombramientos se ha alcanzado con inusitada rapidez y a través de un amplísimo grado de consenso, lo que sin duda es una buena noticia ya que consolida desde su origen la legitimidad de los nuevos vocales y ayudará a que el periodo que ahora comienza transcurra con normalidad.
Tras la reciente reforma operada en la Ley Orgánica del Poder Judicial, la consecución de este mayoritario acuerdo nos hace albergar fundadas esperanzas de que nuestros representantes han tomado conciencia de que modernizar la Justicia es una verdadera cuestión de Estado, y que su puesta en marcha no admite aplazamientos.
Personalmente, creo que esa reforma era necesaria, porque, además de respetar el núcleo básico de competencias del Consejo, modifica aspectos organizativos y de funcionamiento que eran mejorables, lo que favorecerá, por ejemplo, que los mandatos no se prorroguen excesivamente y que la mayoría de los vocales mantengan un contacto más cercano con la realidad que deben gobernar, al no tener que desempeñar sus funciones con carácter exclusivo. Por otro lado, el nuevo sistema de elección de los vocales no compromete en absoluto la independencia del Poder Judicial. Una cosa es el CGPJ - órgano político de gobierno previsto en la Constitución- y otra bien distinta es el Poder Judicial, que se materializa en cada juez individualmente considerado cuando dicta sus resoluciones con independencia e imparcialidad, sometido únicamente al imperio de la Ley. Gobernar ese Poder Judicial, siempre al servicio del interés general, es la misión que aguarda a los nuevos vocales, de quienes espero que trabajen con la dedicación, generosidad y esfuerzo por mejorar la Justicia que merecen los ciudadanos.