MADRID, 28 Dic. (EUROPA PRESS) -
Según fuentes consultadas por Europa Press, Bravo abandonará el Consistorio, cuando el Consejo de Ministros le confirme en su nuevo puesto.
El hombre en la sombra, el arquitecto financiero, emprende una nueva aventura profesional tras pasar los últimos años de su carrera profesional haciendo malabarismos y carambolas para cuadrar unas cuentas públicas --en la Comunidad y en el Ayuntamiento de la capital-- que permitieran al Gallardón más visionario ejecutar sus grandes proyectos.
Así sucedió primero con la ampliación del Metro y, más tarde, con el soterramiento de la M-30, la construcción de Madrid Río, la reforma del eje Prado-Recoletos o el lavado de cara de la calle Serrano.
Para ello se ha inventado desde el céntimo sanitario --tan imitado posteriormente en otras regiones-- hasta peregrinas colaboraciones público-privadas, permutas de terrenos y otros acuerdos que han garantizado la sostenibilidad de unas arcas públicas que han acumulado una deuda de más de 6.000 millones de euros en tan sólo ocho años de Gobierno.
En plena crisis económica, Bravo fue quien ofreció soluciones a un Ayuntamiento que sufría las prohibiciones para refinanciar su deuda, materializó ideas como la venta de acciones de Metro o la subrogación de la deuda de la M-30 en la unidad central del Consistorio para seguir adelante sin que lo notaran las nóminas de los funcionarios.
En todo este tiempo, mientras Manuel Cobo permanecía constantemente bajo los focos públicos como 'mano derecha' de Gallardón, Bravo ha sido su brazo izquierdo. "Lo nuestro no es una coalición sino una simbiosis", dijo de él Gallardón en la presentación de sus últimos presupuestos municipales.
Así, Bravo se ha granjeado el afecto de propios y ajenos, con un carácter amable y educado, y sin perder jamás la paciencia ante las reiteradas preguntas de la oposición, que encontraron en su Concejalía una mina para atacar al Gobierno 'popular' de Gallardón.
CARRERA PROFESIONAL
Nacido en Londres en 1963, Bravo es licenciado en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y obtuvo su plaza de funcionario del Cuerpo de Técnicos Superiores de la Comunidad de Madrid en la especialidad jurídica en 1989.
En la primera legislatura de Gallardón al frente del Ejecutivo autonómico, ocupó el puesto de director general de Presupuestos y Patrimonio, hasta que en 1997 se convirtió en titular de la Consejería, puesto que abandonaría con el traslado de todo el equipo de la Puerta del Sol a la Casa de la Villa.
Además, durante su paso por el Gobierno regional también presidió el Organismo Autónomo Informática y Comunicaciones y la sociedad de Arrendamientos y Promociones de la Comunidad de Madrid, S.A.
En las dos últimas legislaturas ha ocupado el cargo de delegado de Hacienda, aunque también ha sido vicepresidente de la comisión de Hacienda de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), desde donde ha trabajado incansablemente por la mejora de la financiación de las corporaciones locales, la que a su juicio es la "asignatura pendiente" de la Democracia española.
En su época municipal se puso también al frente del Consejo Rector del Organismo Autónomo Informática de Madrid, del Consejo Rector de la Agencia Tributaria del Ayuntamiento y presidió el Metro.
Casado con la también concejala de la capital Patricia Lázaro y padre de dos hijas, Bravo es amigo de sus amigos, lo que le ha granjeado la lealtad más absoluta de sus colaboradores en la Concejalía de Hacienda.
