SEVILLA, 18 (EUROPA PRESS)
La sentencia, consultada por Europa Press, relata que los hechos ocurrieron el 17 de octubre de 2009 en torno a las 10,00 horas cuando la procesada, de 19 años de edad, "amargada" por los comentarios que sobre ella le llegaban de su expareja sentimental con la que cortó la relación meses antes, cogió de su casa un cuchillo con una hoja de 15,6 centímetros microdentada, cortante y puntiaguda, y de la panadería de sus padres una bolsa de pan, y, con "la intención de acabar con la vida de éste", se dirigió al establecimiento donde él trabajaba en La Campana.
Cuando llegó, la procesada se acercó decidida al mostrador de la tienda donde se encontraba la víctima, once años mayor que ella, y sin mediar palabra, acuchilló en el cuello al chico, quien al sentir el contacto logró echarse un poco hacia atrás, y aunque no murió, no pudo impedir que la imputada le hiciera con el cuchillo un corte en el cuello que le causó una herida incisa superficial.
Tras ello, la procesada reconoció durante el juicio oral que cortó al perjudicado en el cuello con un cuchillo; así, reconoció desde un primer momento que había salido de su casa con un cuchillo con la intención de matarlo porque la tenía "amargada". Asimismo, después del apuñalamiento la condenada se dirigió hacia el cuartelillo de la Policía Local de La Campana en un estado de extremo nerviosismo y confesó lo ocurrido. "Lo he matado" afirmó.
Según señala el fallo, la procesada "sufría un trastorno límite de la personalidad, con rasgos antisociales de la personalidad e inmadurez cognitiva y conductas disruptivas de agresividad, e impulsividad que provocaba una merma de su capacidad de control, agravado por el consumo esporádico de hachís y cocaína".
"PODRÍA HABERLE ACUSADO LA MUERTE"
Por ello, la Audiencia Provincial entiende que la agresión de la procesada, que produjo la grave herida descrita, y "teniendo en cuenta que el arma empleada y la zona del cuerpo vulnerada podría haberle causado la muerte", considera que los hechos son constitutivos de un delito de homicidio en grado de tentativa.
De este modo, la Sala condena a la imputada a dos años de cárcel y al pago de una de una indemnización de 7.000 euros a la víctima por un delito de homicidio en grado de tentativa. Asimismo, la encartada deberá permanecer alejada del domicilio de la víctima y de su lugar de trabajo en un radio de 200 metros durante cuatro años, tiempo en el que tampoco se podrá comunicar con él.
