La Sentencia considera probado que la mujer daba de comer a palomas y otras aves lo que hacía que hubiera una continua afluencia de esas aves y algunas de ellas llegaron a anidar en una terraza "con las consiguientes molestias e insalubridad".
Destaca que la actividad de la demandada, que lleva desarrollando desde hace más de nueve años, además de molesta e insalubre es "peligrosa e ilícita" para el edificio y sus vecinos.
Asimismo se le condena a abonar a la comunidad de propietarios, que son los demandantes, más de 2.000 euros para los trabajos de limpieza y pintado de la fachada.
La Sentencia explica que procede la privación del uso de la vivienda debido "a la gravedad de la situación actual y a su continuidad en el tiempo, desde el año 2005, sin que haya atendido a los requerimientos no sólo de la comunidad de propietarios sino desde el Servicio de Vigilancia Sanitario Ambiental del área de medio ambiente del Ayuntamiento de Málaga.