Aunque el transporte público ha sufrido un significativo aumento en su oferta, el coche privado está siendo usado cada vez más. La última encuesta de movilidad, correspondiente al periodo 2003-2007, concluía que el empleo del vehículo duplicaba ya los desplazamientos en transporte colectivo. En el caso del trabajo, un 70% de los desplazamientos se realiza ahora en coches particulares. Sin embargo, en las tres capitales vascas se ha estabilizado el uso del coche, aunque se registran más de 400.000 tránsitos diarios, cuatro veces más que en el transporte público.
La ley de Movilidad Sostenible nace con el ánimo de cambiar estos usos y englobar las actuaciones actuales, diseminadas entre las distintas administraciones vascas. Hay muchas que han hecho muchas cosas, sobre todo los ayuntamientos, pero no hay una norma que fije la obligatoriedad de los planes de movilidad, explica el director de Transportes. El objetivo es obligar a cada administración a adoptar medidas que sean evaluables en la reducción del uso del coche y el fomento del transporte público.
La consejería, que espera tener el primer borrador de la ley en septiembre, apuesta por el desarrollo urbanístico en altura y en núcleos importantes de población. Hasta ahora, en los desarrollos urbanísticos se tenía más en cuenta que una vivienda tuviera buena conexión con una carretera o una autopista y no con el transporte público. Cuando los desplazamientos son más largos, se fomenta más el coche, que tiene un coste para el usuario y para la administración en forma de infraestructuras.
Por el momento no hay prevista ningún tipo de iniciativas concretas, el Gobierno cree que una medida clara es fomentar los parques tecnológicos urbanos e incentivar la vuelta a las urbes de la industria y, sobre todo, los centros comerciales, que son una atracción para el vehículo privado. En el caso de las empresas, el traslado a las ciudades es más complicado, sobre todo con los parques tecnológicos ubicados fuera de áreas metropolitanas, como los de Zamudio y Miñano. Tenemos que definir como se incentiva o se desincentiva, dice el director de Transportes. En el caso de las empresas, una opción barajada es crear redes de transporte público para reducir el uso del coche.
En la futura normativa no se contemplan medidas para aumentar la oferta de transporte público, ya que se considera que está bastante adaptado y encima tiene un coste elevado.
El borrador no contempla ningún posible impuesto para reducir el uso del coche. El director de Transportes explica que, al ser la fiscalidad una competencia de las diputaciones, es necesario el debate previo. A partir de septiembre, con el borrador, el siguiente paso será la discusión con otros Departamentos del Gobierno y el envío a las instituciones forales, de donde saldrá el primer documento cerrado. Posteriormente se iniciará el debate con los órganos consultivos del Gobierno y los periodos de exposición pública para que se presente al Parlamento, lo que no se producirá antes de finales de 2011, según los cálculos del Departamento de Transportes.