El agente ha sido considerado autor de un delito de tentativa de homicidio con la atenuante de legítima defensa, y condenado a 15 meses de prisión; al pago de una indemnización de 24.000 euros a la víctima y a 15 meses de inhabilitación especial. Esto que conlleva su expulsión definitiva del Cuerpo Nacional de Policía.
El suceso ocurrió en el año 2007, cuando el policía ahora condenado y un compañero comenzaron una persecución del coche de un hombre que había cometido un robo. El sospechoso trató de arrollar al segundo agente, por lo que el agente continuó la persecución en solitario hasta que disparó al huido.