Seguidamente el Presidente, D. Landelino Lavilla Alsina, resaltó algunos aspectos fundamentales del funcionamiento del régimen parlamentario durante los 30 años de vigencia de la Constitución, puso de manifiesto que la Constitución ha presidido un ciclo de normalización política, avance consolidado de los derechos fundamentales y libertades públicas y de progreso económico y social que ha permitido equipararnos con los países de nuestro entorno natural.
Lavilla se refirió después a los envites de minorías que sin conciencia de los riesgos conjurados y habiendo crecido en la experiencia de la libertad y la democracia que otros conquistaron y ellos han disfrutado, están dispuestos a desdeñar la concordia y traer al presente, no para asimilarlo, sino para revivirlo, un pasado de riesgos y azares.
Al tiempo denunció políticas aldeanas y de campanario que lo único que aportan es una corrosiva sensación de desaliento. Se refirió a regresiones jurídicas que sorprenden y disfunciones que perturban una estabilidad constitucional de 30 años. Esta estabilidad -concluyó- es decisivo aval que debiera colmar impaciencias, inhibir dinámicas disolventes y respaldar la generalizada voluntad de conquistar el mejor futuro de progreso y bienestar.