Según el Decano del Colegio de Abogados de Madrid, “la prueba de aptitud profesional que todos los licenciados en Derecho estarán obligados a hacer en cuanto se apruebe la ley, no tendrá ánimo restrictivo ni desalentador para todos aquellos que quieran ejercer la profesión”.
La mesa redonda respondía a la inquietud que despierta la nueva normativa en los estudiantes de Derecho de nuestro país, y a la necesidad de orientar el ejercicio de la profesión en una sociedad más compleja y globalizada. Todos los ponentes coincidieron en identificar la esencia de la carrera jurídica con un profundo y amplio conocimiento del Derecho, aunque cada uno hizo hincapié en un aspecto de su futuro desarrollo.
Para Martí Mingarro, “el lanzamiento a la arena de la profesión supone una enorme suerte, la de ver que, con todo el derecho que has aprendido más el que aprenderás con su ejercicio, podrás ayudar a las gentes. Ese es el fin de la abogacía: tranquilizar a las personas, pero antes tenemos que conseguir que crean en la justicia. Por eso hay que hacer algo para que, cuando una persona vea un rótulo en el que ponga: abogado, pueda llamar a la puerta y tener la certeza de que va a encontrar calidad”; y añadió: “No sé si saldrá adelante el proyecto de ley, a mi me interesa que salga, pero lo importante es que salga mejorado”.
D. Emilio Sánchez- Pintado planteó varias cuestiones: “¿Qué tipo de formación se va a pedir en esta prueba?, ¿se trata de una especie de reválida?, ¿se trata en el filtro de ir a un enjuiciamiento práctico de esas aptitudes?”. A lo que contestó que “la prueba debería dirigirse hacia ese nuevo enfoque que está tomando el Derecho: Derecho Internacional, Derecho de la Competencia, etc; que, en definitiva, está condicionado a lo que la sociedad demanda en cada momento”.
El otro tema tratado en esta mesa redonda fue el cambio que, está pensado, sufra el plan de estudios de la Licenciatura en Derecho. D. José Iturmendi, Decano de la Facultad de Derecho de la UCM, declaró que se trata de una reforma que seguirá pautas muy parecidas a las del plan del cincuenta y tres. El motivo de mantener el Plan Antiguo, según Iturmendi, es que “es más fácil especializar a un generalista que generalizar la formación de un especialista. Por eso la UCM no produce este tipo especializado de alumnado”.
En opinión de D. Luis Martí, “los que se han formado en el plan del cincuenta y tres tienen visión suficiente para asomarse a la materia jurídica, tienen capacidad de conocimiento global del mundo del derecho, del derecho como remedio internacional de conflictos. Sin comprender todo esto no se puede entender ningún aspecto del derecho”, y añadió que “ojalá salga tan bien el plan de estudios en proceso como salió el del cincuenta y tres, porque de lo que se trata es de formar juristas”.
