El Decreto Foral supone un replanteamiento del régimen de ayudas para buscar objetivos de calidad en el planeamiento urbanístico, y lograr una mejor cooperación administrativa entre la ordenación del territorio y el urbanismo.
El Decreto 145/2002 pretende una colaboración fluida y eficaz durante todo el proceso de elaboración del planeamiento, con la finalidad de que no sea necesario rehacer aspectos importantes del planeamiento en la fase final de su elaboración a causa de la incomunicación entre las partes implicadas.
El Decreto también prevé el asesoramiento directo situando como pieza clave un previo Convenio de colaboración, configurado como documento de consenso que establece las bases del proceso de elaboración de planeamiento.
Dicho Convenio abre la puerta a la posibilidad de obtener importantes subvenciones, superiores a las actuales, por los trabajos de elaboración de planeamiento.
El otorgamiento de las subvenciones previstas en el Decreto Foral requiere la presentación de la correspondiente solicitud, en cada momento procedimental establecido, y que se hayan satisfecho las determinaciones previstas en el Convenio.
El Decreto Foral 145/2002 incorpora también a su regulación el régimen de ayudas de asesoramiento y protección de la legalidad urbanística, completando así las ayudas públicas urbanísticas. En él destaca la labor preventiva y la de restauración del orden urbanístico infringido.