Ideal 25.04.14
Manuel Jiménez de Parga, granadino, ilustre jurista, acaba de publicar un libro en el que recopila una serie de comentarios breves que con el seudónimo de ‘Secondat’ ha publicado en el diario El Mundo. La brevedad y la concisión no están reñidas con la profundidad de pensamiento. En el libro, de titulo ‘Los 500 brevetes de Secondat’ Jiménez de Parga, reúne cuatro años de anotaciones a la actualidad.
En ellos “emití opiniones discutibles, pero sinceras”, señala este granadino de amplia vocación periodística, como demuestra en sus comentarios, en los que se acerca a la actualidad y se compromete con lo que dice y valora.
En el prólogo, Manuel Jiménez de Parga explica que utiliza el seudónimo de forma obligada ya que en los años 50Manuel Fraga dio órdenes a los censores para que impidieran la aparición de su firma en el medio que fuese. Fue el director de ‘La Vanguardia Española’ el que negoció con Fraga el que los textos de Jiménez de Parga pudieran aparecer con nombre falso. Se eligió el nombre de ‘Secondat’ en recuerdo a Montesquieu, Barón de Secondat.
Desde aquel tiempo, durante la Transición, y ahora en la democracia, Manuel Jiménez de Parga mantuvo dicho seudónimo en sus comentarios durante muchos años en Diario 16, ya desaparecido.
Cargado de ideas
En sus ‘500 brevetes’, pequeños artículos en la página de opinión, Manuel Jiménez de Parga ‘dispara’ contra todos los temas polémicos de actualidad, lo hace con precisión y demuestra su formación y cultura para dar en la diana. Su formación jurídica y altura de miras hace que sean muchos los comentarios dedicados a los grandes temas, como son la propia democracia española, la Constitución, la corrupción, Europa y España, el Rey, Cataluña y su relación con el resto de España. Índice de materias en las que ofrece su opinión cualificada, frases breves, precisas y contundentes, sin irse nunca por las ramas. Sus opiniones, leídas con el paso del tiempo, adquieren más valor por lo que supone de ‘doctrina’ para no confundirnos y saber dónde estamos y hacia dónde vamos.
Es un libro sencillo, pero muy cargado de ideas, de un hombre que sabe ver la actualidad desde la perspectiva del tiempo y la experiencia.
Manuel Jiménez de Parga, el único granadino ministro desde la llegada de la democracia, ha pasado por los más importantes cargos de la política española. Ha sido catedrático de las Universidades de Barcelona y Madrid, diputado a Cortes en la democracia, ministro de Trabajo, embajador de España ante la OIT, consejero de Estado y magistrado y presidente del Tribunal Constitucional.
Sin duda el granadino que más altos cargos ha ocupado en la vida política española.
Pese a esta proyección nacional, Manuel Jiménez de Parga es un andaluz y un granadino ejerciente, orgulloso de sus raíces. Por eso es hijo predilecto de Andalucía y medalla de oro de la ciudad de Granada. Y tiene la máxima distinción y condecoración que existe en el país, la Gran Cruz de Carlos III.
Vinculación granadina
La vinculación de Granada de Manuel Jiménez de Parga es larga y extensa.
No solo por su nacimiento, sino por su formación básica al estudiar el bachillerato en el Colegio La Inmaculada de los Hermanos Maristas de la capital. Estudió Derecho en la Facultad de Granada, con premio extraordinario, y a partir de ahí remonta vuelo y logra la cátedra de Derecho Político en Barcelona con solo 28 años. Doce libros jalonan su producción académica y científica, y uno de ellos, ‘Los regímenes políticos contemporáneos’ cuenta con diez ediciones y reimpresiones.
Profundo demócrata, por sus convicciones fue víctima de una agresión de la ultraderecha resultando herido de consideración; sometido a media docena de procesos por sus escritos y publicaciones, nada torció su apuesta por la libertad y la democracia, alcanzando en el culmen de su vida el cargo de Presidente del Tribunal Constitucional. A ello hay que sumar su prestigioso despacho como abogado, sus permanentes colaboraciones periodísticas, editorialista y comentarista de grandes rotativos de la prensa española.
IDEAL, primer artículo
Jiménez de Parga, como no podía ser de otra forma, inició sus colaboraciones periodísticas en IDEAL. Así lo recuerda en un párrafo de sus memorias ‘Vivir es arriesgarse’, que publicó Planeta en el año 2008. Recuerda en el párrafo que IDEAL fue el primer periódico que publicó un artículo suyo firmado. Dice en la página 126:
“Mi primer artículo firmado en un medio importante de comunicación apareció en IDEAL, de Granada, y era un homenaje a la labor docente de don Antonio Mesa Moles, catedrático de Derecho Penal que cumplía la edad de jubilación.
Don Antonio Mesa Moles había sido profesor de mi padre y en la facultad se sentía por él un especial respeto y un gran aprecio. Al conocer el título que le dediqué me dijo cariñosamente que le parecía excesivo que le comparase con los enseñantes de la Grecia clásica.
En aquel momento de culminación de una vida dedicada a la universidad, el maestro volvió la vista hacia atrás y recordó a los centenares de estudiantes que habían pasado por sus clases. Una representación de quienes en aquel momento éramos sus alumnos le visitamos en su domicilio. Yo estaba a su derecha y don Antonio cogió mi mano y pronunció casi en secreto unas palabras que no he olvidado. “¿Sabes de quién me estoy acordando en este instante? De Joaquín. ¡Qué enorme crimen!”.
Joaquín era Joaquín García Labella, uno de los alumnos más brillantes de la Universidad granadina, catedrático de Derecho Administrativo, que fue fusilado en 1936. Según los que le conocieron, era una personalidad repleta de virtudes. En este caso, como en otros de ambos bandos de la guerra civil, fue un crimen y un error.
Después de la primera aparición en IDEAL, trabé una buena amistad con su director, Aquilino Morcillo, y con el redactor jefe, Manuel Santaella.
De vez en cuando les visitaba y ellos acogían mis colaboraciones con generosidad”.
En los ‘Brevetes’ que ahora acaba de publicar Manuel Jiménez de Parga también abunda en temas granadinos, una constante de su labor periodística. Recuerda la visita de la esposa e hijas de Obama, la de los Clinton al mirador de San Nicolás o la de Eva Perón (1947) que dio lugar a que se adecentara la Alhambra en otros tiempos. Recuerda el significado de la Toma de Granada, la labor educativa de los Hermanos Maristas y se felicita de la beatificación del fraile limosnero Fray Leopoldo de Alpandeire. Granada siempre presente en su vida y en su obra de Manuel Jiménez de Parga, referencia obligada de su trabajo.
Infancia y familia
Porque Manuel Jiménez de Parga no puede desligarse de su vida personal.
De su Granada natal; de sus largos paseos por la Alhambra cuando era pequeño y el monumento no era visitado ni protegido como tal; sus amigos de infancia, sus primeros amores, sus visitas a amigos en algún carmen; su disciplinada y seria educación en los Maristas; el 5-0 del Granada al Barça,...
Jiménez de Parga recoge en otra parte del libro de memorias: “Al dejar de vivir en Granada se debilitaron mis contactos con los amigos que fueron compañeros de todos los días, tanto en el trabajo como en los pasatiempos y diversiones. No pretendo hacer una nómina completa, pero hay nombres de obligada mención: los hermanos Moreno Torres (Manolo y José Luis), Eduardo Entrala, Luis Marín Felipe, Pepe Rosales, José Luis Donronsoro, Mariano Fernández Ballesta, Luis Fernández Puyol, Manuel García Ballesteros, Isidro y Jorge Martín Salazar.... Sospecho que se me está olvidando alguno, pero prefiero cerrar esta puerta de añoranzas. Algunos ya murieron.” Y entre los grandes valores que predica y ejerce Manuel Jiménez de Parga: la familia. Una de sus constantes.
Él mismo lo dice en sus memorias, al referirse a sus hermanos.
“Debo mucho, también, a mis hermanos, Pilar, José (+), Antonio, Carlos, Ana, Rafael y María Victoria. Crecimos juntos con unas relaciones de cariño profundo en las que cada uno, según sus personales cualidades, aportó a la familia los elementos de cohesión que la hizo un grupo inquebrantable.
Formar parte de una familia numerosa es una experiencia que te condiciona toda la vida. Te condiciona y te enriquece.”
Política, en la mesa
Y su esposa, la escritora Elisa Lamas.
Fue un matrimonio muy bien avenido, con una admirable complicidad intelectual y un inmenso cariño mutuo .Un matrimonio con siete hijos (Paloma, Manuela, Beatriz, Patricia, Pablo, Agustín y Federico) y entre todos le han dado 21 nietos. Manuel Jiménez de Parga y Elisa inculcaron a sus hijos el valor de la familia, el cariño, una necesaria convivencia pacífica y una visión optimista de la vida. En su casa se aprendió la democracia y la política en la mesa, donde todos los días surgía un debate animado sobre algún tema de actualidad.
El matrimonio fomentó el sentido crítico y pedía el respeto de las ideas del otro, dentro de los límites de la democracia. Enseñaron a sus hijos a ser dignos y no arrogantes.
Este es Manuel Jiménez de Parga, un hombre de valores, que ahora es noticia por una pequeña pero gran obra, ahora que acabamos de celebrar el día del libro. La vida y los escritos de Jiménez de Parga merecen el máximo reconocimiento de sus paisanos.
EL LIBRO
Brevetes. Son comentarios pequeños, escritos en lenguaje directo y contundente, en este caso escritos con seudónimo, que tratan de explicar y valorar la actualidad política y social.
