El Tribunal reconoce que cometió un error al pronunciarse sobre este asunto sin atender primero un escrito en el que el alcalde renunciaba a su acción, por la muerte de Rubianes, solicitando que se dictara sentencia absolutoria.
El Supremo explica que "advertida la circunstancia de no haber resuelto la petición de renuncia a la acción y absolución del recurrido, la Sala ha acordado la nulidad de su sentencia, que queda sin valor alguno, y ha absuelto a Rubianes de todas las peticiones formuladas contra él".