La Directiva y su plan de acción estipula la creación de figuras de coordinadores de trasplantes en los hospitales para realizar una coordinación europea y que no se pierda ningún órgano válido.
La norma pretende zanjar definitivamente la posibilidad de que haya tráfico de órganos, estableciendo un sistema de seguimiento combinado con otro de confidencialidad para que en todo momento se sepa de dónde vienen, por si hay sospecha de delito y por si surge algún problema sanitario, como que se trasplante un órgano infectado.
Asimismo se consolida el sistema de donación de persona viva, incluso entre no parientes, siempre dentro de un marco de libertad, no coacción y falta de estímulos económicos.