Intervino en primer lugar el presidente de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación, don Landelino Lavilla Alsina, recordando -después de unas palabras de bienvenida y gratitud a los Reyes por su presencia- que las Reales Academias son herederas del espíritu de la ilustración, pusieron coto a excesos dogmáticos y se afirmaron en el cultivo de los saberes científicos, de las artes y de los soportes metodológicos de las prácticas profesionales.
Continuó el secretario general de la Corporación, don Rafael Navarro-Valls, que resumió las actividades del curso 2008-2009 de las Reales Academias, y acto seguido fue don Luis Díez Picazo y Ponce de León, académico de número, quien pronunció una lección magistral bajo el título Derecho y literatura, postulando que dado que el Derecho ofrece con palabras, es legítimo valorar literariamente una buena parte del trabajo de los juristas.
A continuación tomó la palabra el Ministro de Educación, don Ángel Gabilondo, quien también agradeció la presencia de los Reyes, poniendo así de manifiesto una vez más, el apoyo de la Corona a las ciencias, las artes y las humanidades. Destacó después el papel que desempeñan las Reales Academias en la actualidad y el porqué se han mantenido vivas en el transcurso de los tiempos, sabiendo adaptarse a los cambios que se han ido produciendo en la sociedad.
Por último el Rey don Juan Carlos se refirió a la muestra de capacidad para combinar la mayor especialización con la necesaria interrelación de las ciencias de las Reales Academias y lo que han hecho y siguen haciendo por reforzar el papel de España como gran Nación que tanto ha aportado al saber universal. En cuanto a la labor concreta de la Academia de Jurisprudencia y Legislación que acoge este año la ceremonia inaugural del curso, Don Juan Carlos ha valorado sus esfuerzos por contribuir al perfeccionamiento de las leyes en el marco de la Constitución, que alienta "la convivencia de todos los españoles desde el respeto a sus reglas, principios y valores". Finalizó su intervención alentando a las Reales Academias a continuar perseverando en tan encomiable labor para la que cuentan con mi comprometido e ilusionado respaldo.