El Tribunal aplica la misma doctrina que en el 11-M: para probar la pertenencia a una organización terrorista no bastan la expresión de ideas radicales ni su intercambio. Es necesaria alguna acción indicativa de la intención de los terroristas de preparar un atentado, algún hecho que lleve a pensar que actúan como grupo.
La Sentencia integra, de la que ha sido ponente José Antonio Martín Pallín, se hará pública en las próximas semanas.