El objetivo de dicha cooperación es el reconocimiento mutuo de las sentencias de divorcio, con la finalidad de que las parejas que lleven a cabo su divorcio en un país de la Unión Europea, puedan acogerse a la ley de otro país, para poder facilitar este trámite en parejas de distinta nacionalidad o que viven en un país extranjero.
Francia, Italia, Austria, Grecia, Hungría, Luxemburgo, Rumanía y Eslovenia estrenarán el procedimiento.