En el año 2002 el Tribunal Constitucional ha visto una vez más cómo aumentaba el volumen de asuntos presentados, configurando, como afirma su Presidente, Manuel Jiménez de Parga, un “motivo de preocupación” para la pretensión de ofrecer diligencia y eficacia.
También destaca en la Memoria el incremento de los recursos de inconstitucionalidad presentados, 61, más del doble del período anterior, la mayor parte planteados por las instituciones autonómicas contra leyes del Estado.
Los derechos constitucionales recogidos en el artículo 24 CE han sido, también durante el año 2002, los más invocados en los numerosos recursos de amparo presentados ante el Tribunal Constitucional.
Manuel Jiménez de Parga aseguró que el trabajo del Tribunal Constitucional ha aumentado a un “ritmo acelerado” en los últimos años, lo que pone en peligro la capacidad del Tribunal para dar a los ciudadanos una respuesta en tiempo razonable.
Así, considera el Presidente del Tribunal Constitucional que es necesario un aumento de la plantilla, sin embargo, hay otro problema que es la falta de espacio. Por esta razón Manuel Jiménez de Parga consideró urgente el traslado a otro edificio.