Entre las novedades figura la sustitución de las penas de arresto de fin de semana, incorporadas en el vigente Código Penal de 1995 para las faltas, por el cumplimiento efectivo de leves penas de prisión.
El Gobierno regulará de este modo nuevos tramos de internamiento en prisión por debajo de los seis meses.
La razón es la falta de efectividad, por habitual incumplimiento, de esos arrestos de fin de semana, que además suelen escapar al control policial, penitenciario y judicial.
José María Michavila hizo hincapié en la necesidad de adoptar medidas para castigar a aquellos delincuentes que se benefician de una regulación benevolente con la reiteración de delitos leves sin tener una respuesta penal efectiva.