El conflicto que ha llegado al Tribunal Constitucional comenzó cuando una profesora de Religión fue expulsada de la docencia por las autoridades eclesiásticas canarias por vivir con un hombre que no es su marido.
Tras desestimar el Juzgado que vio el caso su demanda, la profesora recurrió al Tribunal Superior de Justicia de Canarias, alegando lesiones en el principio de igualdad y no discriminación por razón del estado civil y el derecho a la intimidad personal.
El Tribunal Superior de Canarias optó por elevar la cuestión de constitucionalidad antes de pronunciarse sobre la reclamación de la docente.