MADRID, 21 (EUROPA PRESS)
Se trata de Crhistine Ketley, que fue sentenciada junto a Palmer en un tribunal londinense en 2001 a dos años de cárcel por conspiración para cometer fraude. Según el fiscal, se trataba de una persona de mucho peso en la organización que había desplegado el británico en Canarias. Pedía para ella 10 años de prisión por delitos de asociación ilícita, estafa y blanqueo y más de dos millones de euros de multa, pero el Tribunal entiende que los delitos por los que fue acusada y detenida en 2008 ya han prescrito.
Asimismo, ha quedado fuera del banquillo de los acusados el abogado Ramón Solano, considerado hombre de confianza de 'Goldfinger' y que además de llevarle la asesoría jurídica, se encargaba de supervisar los intereses de la organización fuera de España. El Ministerio Público solicitaba 8 años de cárcel para él por asociación ilícita y estafa además de multas de 26 meses a razón de 50 euros al día, pero al igual que en el caso de Ketley, la Sala entiende que ha prescrito.
"SOLO UN EMPLEADO"
El resto de las partes han solicitado en el turno de cuestiones previas la nulidad del procedimiento alegando tanto la posible prescripción de los delitos así como una posible indefensión por dilaciones indebidas, ya que han pasado 20 años desde que se inició la instrucción y hasta 30 desde la primera denuncia, registrada en 1993. El Tribunal se pronunciará sobre este asunto cuando dicte su sentencia.
Además de dirimir estas cuestiones, en la primera sesión del juicio ha prestado declaración uno de los principales acusados, dado que John Palmer ha fallecido. Se trata de Richard Cashman, considerado el lugarteniente de 'Goldfinger' pues constan en la causa una serie de faxes en los que él le encarga dirigir "todos los negocios" a la vista de que iba a entrar en prisión en Reino Unido, donde fue condenado a 8 años de cárcel.
Cashman ha mantenido que era "simplemente un empleado", que se encargaba del servicio de alquiler de coches, no del negocio de multipropiedad, y que "no tenía ningún poder de representación", si bien ha reconocido que en ausencia de Palmer "alguien" tenía que firmar los cheques porque si no, "los empleados ni cobrarían". Ha incidido así en que "sólo tenía autoridad" para pagar a los trabajadores.
"Ese fax estaba únicamente dirigido a los tres administradores que trabajaban en la empresa simplemente porque cuando yo iba allí a pedirles algo sobre la actividad de 'rent a car' no me hacían mucho caso. Me quejé a Palmer y escribió un fax diciéndoles que me tenían que hacer caso porque si no, yo no era capaz de gestionar nada", ha asegurado.